sábado, 29 de octubre de 2016

¿Se puede pedir más?

Salto hacia ese hogar
que el azar me regaló
con olor a presencia,
con tesón, con complacencia
y sinceridad, en la verdad misma.

Me introduzco tal y como soy
en un ciclo que me repone.
Eres medicina:
lo he sabido siempre.

Nos embelesamos
con cada rostro, en cada esquina,
con la suavidad que es fortaleza
en la primera ocasión.

Nos explayamos
en las formulaciones mágicas, misteriosas,
cuando en realidad somos
porque sí,
con motivos y sin definiciones.

Apuntamos a las esencias
y nos damos un poco más.
Al final es lo que soñamos.
Por eso sentimos felicidad.

Mi tierra es fortuna,
con el añadido de que gastarla
es tenerla más y mejor.

Brinco a cada rincón,
y en cada hueco está mi casa,
mi ser, lo que me enseña
y me gusta
con una espléndida caricia
que me repone y engloba
en un mundo de dicha
con entereza y conformidad.

Todo lo que pensé,
en la sobreabundancia mayúscula,
está en el trayecto ideal
que realizo cada día.
¿Se puede pedir más?

Juan Tomás Frutos.

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