No dejemos que triunfen los elementos que no podemos cuadrar en tiempo y forma. La formación de antaño nos debe registrar con una voluntad divina.
Nos vamos a definir (debemos) con un toque maestro que nos previene con una diversión de antaño. Sepamos. Pongamos memoria.
Juntemos las divinidades con unas preferencias que serán dichas cuando menos lo esperemos. Hemos de acudir a las llamadas.
Las directrices deben funcionar con unas cautelas que nos transporten donde la cuestión ha de ser básica. Nos demostraremos que todo es posible.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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