sábado, 20 de febrero de 2016

Lluvia y sal

Llueve en otra parte,
y aquí, en este rincón
que es paraje eterno,
me subo a lomos del deseo
y viajo con el agua eterna.

Surcamos océanos
de distancia, de incomprensión,
de liturgias no cumplimentadas,
y abrazamos
las despensas más nutridas
de amor en estado puro.

No nos falta de nada
en estas Salinas pobladas de dulzura,
con elucubraciones perfectas,
con sonidos de aves
que viajaron y volvieron
para decirnos
que "como en casa en ninguna parte".

Tenemos la impronta del hogar
ahora y siempre, con densidad,
desde la emoción genuina
que nos comparte esta brisa
que ha unido anhelos
desde que el mundo es mundo.

Abrimos una etapa
que declara que la lluvia
es la aliada, la que justifica todo,
la que no hace entender,
y lo cierto es que bajo ella
esta noche ansiada
todo lo explica,
y hasta justifica la espera.

Hoy la sal de este paisaje
sabe a alimento azucarado
y alberga de fondo
el aroma de una flora y una fauna
que hace siglos
que se prepararon para este instante.
Nosotros también estamos listos.

Juan Tomás Frutos. 

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