sábado, 16 de enero de 2016

Cuestión de todos los días

Nos imaginaremos un mundo que sea trance hasta ese objetivo de felicidad universal por la que estamos laborando durante siglos.

Debemos apostar por el futuro. Nos declararemos en la querencia máxima. No dejemos nada al albur de anhelos callados.

Pongamos escenarios donde otros ponen obstáculos. Representemos la bondad. No dibujemos esterilidades. 

Nos pondremos en el punto de no fricción. Nos aclamaremos. Hemos de consolidar una parte crucial de la verdad que compartimos.

Terminemos desde la emoción de una tarea que nos ha de conducir por estancias no secretas. Aprender es cuestión de todos los días.

Juan TOMÁS FRUTOS. 

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