sábado, 27 de diciembre de 2014

Casi perfecto

Las dificultades vienen, a veces, de la búsqueda de explicaciones incluso a los estados de normalidad. Las condiciones o circunstancias no deben tener siempre exploraciones. Lo sencillo, si funciona, hemos de dejarlo, eso sí, desde el planteamiento de no perjudicar a los demás, sino más bien de ayudar.

Tampoco conviene que nos programemos en exceso. Hemos de abastecernos de prestaciones periódicas de cariño, que ha de ser constante, que ha de crecer sin demora, y sin agobios, claro.

El horizonte siempre nos regala alternativas, pero hemos de contemplarlas con tranquilidad y sin falsas esperanzas, sin estimarnos más que el prójimo.

Los códigos nos han de ayudar en lo característico, en lo que proporciona tiempos de espera y de avance sin regulaciones extrañas. La libertad, desde la admiración y el respeto, es la mejor concepción. Supone esperanza, pero, sobre todo, hechos cargados de confianza.

En definitiva, la fe en lo humano ha de definir el nuevo día. Hay motivos: los hemos de consolidar sin dobleces, procurando explicar lo que somos y lo que perseguimos. Descubramos, por tanto, lo apasionante en cada rincón. Será ejemplo y alimento de que lo que decimos es posible.

Hay credibilidad, sí, la suficiente. No la inquietemos ni la amenacemos. Nuestro hábitat, si no perfecto, puede casi serlo.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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