martes, 14 de agosto de 2012

Quedarán las buenas iniciativas

Animemos la vida con las consideraciones más valiosas. Necesitamos que el mundo funcione con los retoques que nos pueden hacer mágicos. No dejemos de lado lo que puede tener un cierto sentido. Las aplicaciones han de ser reales.

No variemos los elementos de aquellas edades con las que ir trazando las mejores amistades. Nos debemos a las voluntades de quienes laboran en equipo. No fallemos ante los negociados que nos devuelven a los espacios que no comprendemos. Hemos de asimilar las acciones más valiosas.

Aterricemos en la vida misma con los intereses más claros, con las voluntades más expertas, con los anhelos de una libertad que debe darnos un apoyo que no mediatice, sino que sea neta independencia desde la amistad, sin apariencias, con realidades.

Sepamos lo que nos mueve y por qué, y no fracasemos en los asentamientos de quienes nos devuelven a las expresiones de un liderazgo empático. Nos debemos esas profundas caricias que nos han de dar la evolución que consideramos perfecta. No aceptemos el vacío. El mundo y sus tiempos son demasiado cortos para ello.

Escuchemos esas voces que nos aman y que tratan de que seamos más libres. No fracasemos en los estadios esenciales, que siempre tienen que ver con la amistad, con las noblezas en el devenir diario. No quedará otra cosa que lo que demostremos con hechos, aunque esas iniciativas, antes o después, se vuelvan anónimas. No importa. Quedarán.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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