jueves, 30 de agosto de 2012

El secreto de la felicidad

Hagamos acopio de fe ante los elementos que no siempre vienen con la música y el afán que nos gustaría. Estiremos las opciones y demos con los pronósticos y las más solventes sugerencias. Plasmemos buenos resultados.

No apaguemos la llama de la esperanza ante lo que nos acontece, que es variado y dispar, con insinuaciones que debemos plantear con una creencia firme.

No fallemos. Hemos de procurar que la andadura se de con una firmeza de señales auténticas. Nos queremos mucho, desde la amistad. Tengamos esa formación que nos dictará buenas conclusiones. Hemos de bendecir la mesa de la creencia. Dulcifiquemos las jornadas, que nos deben brindar calma y justicia.

Vivamos ese caudal de opciones que nos repone la existencia con una gracia que nos transportará a la eternidad, si sabemos interpretar cuanto ocurre. Alberguemos entusiasmo.

No vaguemos por situaciones que nos detienen en etapas de alta amistad. Nos debemos esa gran apuesta donde los principales ganadores han de ser los vecinos de este viaje que llamamos vida. Dignifiquemos los eventos que nos proponen caricias y singladuras hacia ese amor que será el gran secreto, que siempre lo ha sido, para la felicidad. Pongamos, pase lo que pase, punto y seguido.

Juan TOMÁS FRUTOS.

1 comentario:

Inma_Luna dijo...

La felicidad no es eterna por ello hay que saber medirla.
Besitos