martes, 17 de julio de 2012

La labor de ayudar a los demás

Nos hemos de proponer trabajos constantes cada día con una voluntad de ir mejorando en los cauces y en el destino. Nos hemos de propiciar transformaciones en una sociedad de usos múltiples. No fracasemos. Tomemos partido por las acciones más hermosas.

Potenciemos, en lo posible, las expresiones que nos pueden conducir por hábitos silentes, por calles con salidas, por sentimientos de superación de verdades medidas para hacerlas más libres, más sencillas, más genuinas. Partamos hacia el origen de la memoria.

La experiencia hace que nos entreguemos, o debemos, a las situaciones cotidianas con brillo, con la sensatez de la alegría, que es el mejor baluarte para no perdernos en reiteradas expresiones que no conducen a parte alguna. Nos hemos de detallar las caricias con unas voluntades expansivas.

Incluyamos en todas nuestras tareas esos baluartes que nos deben permitir que las funciones nos hagan acudir a algo más que la superación de una ficción. Nos hemos de preferir con robustas creencias, que nos fortalezcan ante lo que nos puede suceder.

Todo nos aporta un grano de aprendizaje, y así hemos de contemplar el discurrir diario, que tiene un poco de todo, un poco de cada una de esas razones que tanto nos gustan. Cumplamos con la labor de ayudar a los demás. También nos ayudaremos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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