martes, 27 de septiembre de 2011

Tan lejos como queramos

Consigamos las resoluciones a los conflictos desde la presencia constante de la bondad y la cooperación, así como con la base de la comunicación permanente.

Aceptemos las intromisiones que tienen un carácter constructivo. No apaguemos esos fuegos que nos pueden dar fantasías y energías para superar cualquier contrariedad. Debemos adentrarnos cada vez que podamos en esas esencias que nos bendicen con la jovialidad más manifiesta.

Restañemos las heridas, y procuremos salir adelante con bien, con la consecución de los más gratos objetivos. Nos debemos con amores sinceros, con la sencillez de quien nos abre las planificaciones para sanar con las suficientes creencias, en las que ya estamos hasta sin saberlo, y en las que nos hallaremos con partituras comprometidas.

Tratemos de hablar, de decir, de ser, de consolidar los procesos que nos hacen potenciar los aspectos más humanos y cercanos. Eso nos añadirá empuje para la comunicación. Prestemos atención a los detalles, que nos pueden dar esa perspectiva que no siempre advertimos.

Multipliquemos los fines para encontrarnos con las voluntades que pueden mover los contingentes de unas densas caracterizaciones para acercarnos a las soluciones más solventes. Acotemos las situaciones. No permitamos que la indefinición nos agote. Convenzamos a nuestros espíritus que desde del afán interior se puede llegar tan lejos como queramos. Es así.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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