martes, 6 de septiembre de 2011

Gracias por tu encomiable labor

Hablo con mi amigo Antonio Martínez-Quintanilla, y me lo confirma. El alcalde de su Yecla natal, Juan Miguel Benedito, ha muerto de un ataque al corazón. Me cuenta lo sucedido, la rapidez de la tragedia, la fractura inmediata que llega en forma de inesperada muerte, que siempre lo es, pero más en situaciones como ésta, cuando la persona es aún joven de edad y de espíritu.

Con 54 años se nos marcha Benedito, después de toda una intensa vida dedicada a lo social, en su condición de médico y de político, que ha compatibilizado hasta el último momento. De hecho, el día anterior a su muerte celebraba un pleno municipal que terminaba tarde, y luego seguía atendiendo a la Prensa, como ha hecho en los últimos años, con diligencia y entrega.

Su dedicación era plena a todo lo que hacía, y todo lo hacía convencido de su labor de servicio a los demás. Si el rostro es el espejo del alma, su belleza bondadosa se transmitía de dentro hacia fuera, corroborando lo que decimos.

Con la Prensa siempre se portó muy bien, y eso debemos señalarlo, no como una rutina en estos casos de pérdidas irreparables, sino como una gran verdad que hemos de testimoniar.

Leía estos días que Juan Miguel se ha sabido sobreponer a todos los obstáculos de la vida, y creo que ha sido así. Lo ha hecho con naturalidad, con humildad, dando más que ha recibido, que es lo que demuestra su visión de servicio público.

Son muchos los comentarios recogidos de cariño y de devoción, y, asimismo, de admiración de su pueblo, agradecido por lo mucho que ha percibido de él, y ahora pesaroso por su ausencia, en un momento extraordinario de su vida, cuando la madurez le daba, si cabe, una mayor altura de miras respecto de la labor que desempeñaba.

Abandona, nuestro querido alcalde, la dimensión conocida, y aquí deja en soledad a sus familiares y amigos, que le echaremos de menos. En el mundo del Periodismo, desde la lejanía o cercanía de cada cual, sentimos y sabemos que es una persona irrepetible en la más óptima de las apreciaciones. Juan Miguel, gracias por tu encomiable labor.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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