Parecías
esa meditación
hecha carne,
fruto de sensaciones
largamente soñadas.
Parecías
ese afán logrado
desde la experiencia
más tierna
y menos soluble.
Parecías
un salvavidas
presto a cautivar
la vida solitaria
a la que los malos hados
me condenaron.
Parecías:
tras un tiempo
te he visto
y no te he visto.
Por eso sé que no.
De nuevo lamentable.
lunes, 31 de agosto de 2009
Puede que lo entendamos
Nos ofrecemos un poco de descanso. Puede que entendamos lo que ha de ocurrir.
Impresiones gustosas
Surgimos de la tormenta para llegar a negociaciones nuevas. Nos veremos con impresiones gustosas.
En la superación de un ciclo asistidos por la comunicación
Digamos que hablar espanta los males. Lo dice la sabiduría popular. Además, se solucionan muchos problemas. Nos sirve, asimismo, para modificar posturas y/o planteamientos conformistas que no contribuyen a la dicha soñada. Salgamos un poco de la rutina, y hagamos una cierta inflexión. Los modelos han de reactivarse constantemente, y la excusa para ello ha de ser la superación de los diversos ciclos. Cuando llega el verano nos hacemos propósitos que tratamos de cumplir, pese a la ralentización de los procesos y procedimientos en la época estival. Ahora que ha transcurrido, tenemos que plantearnos otros, que puede que, en algunos casos, sean coincidentes. El sacar partido al tiempo, como prioritario, es un afán que nos ha de envolver con un criterio sólido.
Hemos de recuperar viejos fines de volver y regresar a tradicionales amistades, de contarles nuestras ilusiones, de compartir lo que somos, lo que nos gustaría ser… Los sueños ayudan a solventar distancias más o menos grandes. La idea es que nos conozcamos, y, si es necesario, que nos reconozcamos. Hemos sido capaces de hacerlo antes, y ahora también podemos. Ajustemos plazos y amoldemos convencimientos.
Busquemos, igualmente, objetivos que tengan que ver con el espíritu, con los dones intangibles de una naturaleza que ha de ser generosa en sus bondades, y, para ello, la debemos ayudar tanto como podamos. Juremos ese anhelo como primero y primordial. Hay mucha felicidad en juego.
La existencia está rodeada de cautividades que hemos de soltar a la menor ocasión. Sólo así seremos libres de verdad para dar con el sosiego que tanto nos place, o debe. Unamos esos destacados deseos, que han de apaciguar muchos ánimos, que, con la cosecha de caricias y de sensaciones en el gusto, a través de las palabras, pueden agotar los excesos para sortear obstáculos y salir adelante con sonrisas genuinas.
Los objetivos, pues, que nos hemos trazado, que nos debemos, tienen que ver con la subjetividad de un universo que busca alianzas para civilizarnos un poco más. Las cosas más brillantes son las más anónimas, aunque pensemos lo contrario. Los fines o finalidades más descollantes deben provenir del ámbito subjetivo, que nos aporta el grado de dicha con la que podemos afrontar una mayor o menor rentabilidad o productividad en el quehacer diario.
No nos pongamos obsesivos. Ésa debe ser otra pretensión. El hablar sobre lo que nos gusta o no, acerca de lo que nos conviene o no, es un instrumento que invita a trabajar solidariamente, lo cual es garantía de futuro, de posibilidades en el mañana, que ha de ser compartido. Activemos éstas y otras ideas y tratemos de acercarnos a otro universo, que es posible, que existe. Los fines principales han de ser del espíritu, huyendo de convenciones comunicativas. Las normas no escritas que hemos de aplicar se resumen en propiciar la mejor intención y los mejores resultados para todos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Hemos de recuperar viejos fines de volver y regresar a tradicionales amistades, de contarles nuestras ilusiones, de compartir lo que somos, lo que nos gustaría ser… Los sueños ayudan a solventar distancias más o menos grandes. La idea es que nos conozcamos, y, si es necesario, que nos reconozcamos. Hemos sido capaces de hacerlo antes, y ahora también podemos. Ajustemos plazos y amoldemos convencimientos.
Busquemos, igualmente, objetivos que tengan que ver con el espíritu, con los dones intangibles de una naturaleza que ha de ser generosa en sus bondades, y, para ello, la debemos ayudar tanto como podamos. Juremos ese anhelo como primero y primordial. Hay mucha felicidad en juego.
La existencia está rodeada de cautividades que hemos de soltar a la menor ocasión. Sólo así seremos libres de verdad para dar con el sosiego que tanto nos place, o debe. Unamos esos destacados deseos, que han de apaciguar muchos ánimos, que, con la cosecha de caricias y de sensaciones en el gusto, a través de las palabras, pueden agotar los excesos para sortear obstáculos y salir adelante con sonrisas genuinas.
Los objetivos, pues, que nos hemos trazado, que nos debemos, tienen que ver con la subjetividad de un universo que busca alianzas para civilizarnos un poco más. Las cosas más brillantes son las más anónimas, aunque pensemos lo contrario. Los fines o finalidades más descollantes deben provenir del ámbito subjetivo, que nos aporta el grado de dicha con la que podemos afrontar una mayor o menor rentabilidad o productividad en el quehacer diario.
No nos pongamos obsesivos. Ésa debe ser otra pretensión. El hablar sobre lo que nos gusta o no, acerca de lo que nos conviene o no, es un instrumento que invita a trabajar solidariamente, lo cual es garantía de futuro, de posibilidades en el mañana, que ha de ser compartido. Activemos éstas y otras ideas y tratemos de acercarnos a otro universo, que es posible, que existe. Los fines principales han de ser del espíritu, huyendo de convenciones comunicativas. Las normas no escritas que hemos de aplicar se resumen en propiciar la mejor intención y los mejores resultados para todos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Preguntar por el sí
Me regalas una voluntad que es tesoro en la noche. No tendremos que preguntar por el sí.
Sirven las cautelas
Te digo por dónde podemos ir. Nos pondremos manos a la obra con una unidad de acción. Las cautelas sirven en algunas ocasiones.
No otra posibilidad
Nos plantearemos qué hacer. Secuenciaremos las actitudes más creíbles. No estableceremos otra posibilidad.
Seremos otra cosa
Nos lamentamos. Las actitudes nos obligan a tocar ese fondo que nos acarrea otra naturaleza. Seremos otra cosa.
Vida y razones
Generamos un poco de más empatía hasta decir que podrá ser. La vida nos oculta razones.
Etapas menos sólidas
Hemos considerado lo que podemos hacer. Nos enganchamos a otras etapas menos sólidas.
Más que placentera
Nos hemos enseñado a ir donde no sea nuevo. Nos planteamos una era más que placentera.
Corazones próximos
Dictamos algunas normas que nos acallan con respuestas nuevas. Instamos a los corazones más próximos.
Un poco más cerca
Prestamos esa agudeza que nos previene de algunas astucias. Iremos un poco más cerca.
Un carácter menor
Hemos sentido que las cosas se hayan ido de la mano de un dios que nos imprime un carácter menor.
domingo, 30 de agosto de 2009
No tarde
Te descubro ante un nuevo asunto que nos hace capaces. Las metas siguen ahí. No te voy a descubrir tarde.
No nos sometamos
Tenemos unos dones que compartir. Te descubro. No narramos lo que llevamos dentro, y eso es un error. No nos sometamos.
Un anhelo nuevo
Creemos en los sueños, en las utopías. No seremos utilitaristas. Soñemos sin sospechas. Tenemos un anhelo nuevo. Meditemos.
Te muestras formidable
Escribo de esos sentimientos que fomentas a todas horas. Hay que contar otro sí. Te muestras formidable.
Cómplice del amor
Surgimos del pasado con memoria en este presente que se adentra en el futuro, que será cómplice del amor.
Figuraciones nuevas
Aprendemos a vivir. Los extremos nos llevan con análisis rotos por las figuraciones nuevas.
Más sorpresas
La vida nos ofrece unas capas que hemos de ir desentrañando. Nos venimos con más sorpresas.
Llegamos a las cumbres
Giramos hacia ese momento que nos dio más fuerza. Nos ponemos a vivir una nueva ficción. Llegamos a las cumbres.
Nos atendemos
Iniciamos un concierto de sones maravillosos. No somos todo lo entregados que nos gustaría. Nos atendemos.
Nos aportamos
Nos presentamos de manera sencilla. Nos damos detalles que apenas pasan desapercibidos. Nos aportamos.
No podremos darnos cuenta
Planteamos qué hemos de hacer. Nos tenemos con suertes numerosas. No podremos darnos cuenta.
Orgullos no fingidos
Te acompaño. No quiero negar mi destino junto a ti. Hemos abierto la nueva etapa con orgullos no fingidos.
Puede que necesite ayuda
Te cuento cómo llegar, y si llego, y si soy capaz de hacerte feliz. Puede que necesite ayuda.
Milagros no conocidos
Muestro esos pies desnudos como nuestros corazones, hartos de esperar otros milagros no conocidos.
sábado, 29 de agosto de 2009
Te pinto imágenes preciosas
Me pongo en marcha. Ya es la hora. La ilusión me sube a nuestra particular nave. Utilizaré los colores. Cada uno tiene su significación. Hablaré quedamente. Espero que me escuches. Estoy pensando en ti. Quiero contarte todo lo que te quiero, lo que supones para mí, lo que entiendo que te puede ayudar a ser persona. Nos debemos dar esa valentía que durante tiempo nos ha sido necesaria, pero que no ha aparecido por parte alguna. Deseo que estés bien, que construyas una estupenda personalidad, que aseveres con unas intenciones nuevas, que seas como entiendes que podrás ser feliz ahora y siempre. No olvides a los demás, que así te tendrás a ti misma, y a mí…
Para acercarme a tu ser, para narrarte con expresiones queridas todo cuanto tiene un cierto sentido, te daré la esperanza más fortalecida, la razón con su misión entendida desde la visión más dulce. Nos hemos de embriagar con la debilidad que nos caracteriza. Pensemos para ser más racionalmente subjetivos. La voluntad nos ha de portar a las caricias de otras etapas, que nos pertenecerán por derecho.
Buscaré, en paralelo, colores con los que mostrarte mis mejores intenciones, que haremos realidad. El azul hablará de paz; el verde, de esperanza; el amarillo, de viveza; el rojo, de pasión… No pararemos de conducir los sentimientos hacia ese estadio en el que seremos los mejores, o casi. La evolución nos ha de ubicar en el momento más estelar. Seremos capaces.
Echaré un vistazo constante a mi corazón, que te verá como eres, y te pintará con tus deseos y los míos. Me gustas. Lo que ocurre es que te escondes más de lo que piensas. Nos hemos de servir desde la inmaterialidad de las posibilidades que nos hacen más humanos. Las disposiciones nos han de procurar un elixir para llegar a ser con ocurrencias más completas. Nos reiremos mucho.
Los colores más variopintos, todos los del arco iris y algunos más, nos permitirán viajar por la imaginación abierta con un deslizante dinamismo y con inteligente perspectiva. El reino al que nos acercaremos será vital, diferenciador de todo lo que hemos conocido hasta ahora. Y te contaré, siempre te contaré. Y te diré, siempre te diré. Nos escucharemos con ideas flamantes que nos harán viajar hasta el escenario donde se fraguarán las esperanzas, con las que nadaremos hasta detenernos en océanos de oleajes salvadores.
Pintaremos imágenes preciosas. Utilizaremos colores combinados. Habrá muchas ideas que pondremos en práctica. Estaremos formidablemente. Ya se nos ocurrirá algo más para mejorar y para añadir a todos cuantos podamos. Los colores serán las tablas de salvación para ser tan distintos como iguales. Te mando un manojo de besos coloreados. Mi discurso está lleno de pinturas amorosas. Confío en que, con ellas, seas muy dichoso y complaciente. Comienza una singladura de brillos y esperanzas.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Para acercarme a tu ser, para narrarte con expresiones queridas todo cuanto tiene un cierto sentido, te daré la esperanza más fortalecida, la razón con su misión entendida desde la visión más dulce. Nos hemos de embriagar con la debilidad que nos caracteriza. Pensemos para ser más racionalmente subjetivos. La voluntad nos ha de portar a las caricias de otras etapas, que nos pertenecerán por derecho.
Buscaré, en paralelo, colores con los que mostrarte mis mejores intenciones, que haremos realidad. El azul hablará de paz; el verde, de esperanza; el amarillo, de viveza; el rojo, de pasión… No pararemos de conducir los sentimientos hacia ese estadio en el que seremos los mejores, o casi. La evolución nos ha de ubicar en el momento más estelar. Seremos capaces.
Echaré un vistazo constante a mi corazón, que te verá como eres, y te pintará con tus deseos y los míos. Me gustas. Lo que ocurre es que te escondes más de lo que piensas. Nos hemos de servir desde la inmaterialidad de las posibilidades que nos hacen más humanos. Las disposiciones nos han de procurar un elixir para llegar a ser con ocurrencias más completas. Nos reiremos mucho.
Los colores más variopintos, todos los del arco iris y algunos más, nos permitirán viajar por la imaginación abierta con un deslizante dinamismo y con inteligente perspectiva. El reino al que nos acercaremos será vital, diferenciador de todo lo que hemos conocido hasta ahora. Y te contaré, siempre te contaré. Y te diré, siempre te diré. Nos escucharemos con ideas flamantes que nos harán viajar hasta el escenario donde se fraguarán las esperanzas, con las que nadaremos hasta detenernos en océanos de oleajes salvadores.
Pintaremos imágenes preciosas. Utilizaremos colores combinados. Habrá muchas ideas que pondremos en práctica. Estaremos formidablemente. Ya se nos ocurrirá algo más para mejorar y para añadir a todos cuantos podamos. Los colores serán las tablas de salvación para ser tan distintos como iguales. Te mando un manojo de besos coloreados. Mi discurso está lleno de pinturas amorosas. Confío en que, con ellas, seas muy dichoso y complaciente. Comienza una singladura de brillos y esperanzas.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Cuando sabemos mirar bien
Hemos pedido ser y estar en condiciones de absoluta tranquilidad. El amor triunfa cuando sabemos mirar bien.
Menos equívocos
Nos previenen los instantes que se apoderan de seres extraños con regresos preciosos. Nos pedimos menos equívocos.
Visiones atrasadas
Cumplimos con los deseos de un universo pensado de antemano para no acercarnos a las visiones atrasadas.
Equilibrios efervescentes
Te presentas con prevenciones nuevas, con unos instantes medio poderosos que nos han de aglutinar con esfuerzos de premisas pacíficas. Nos daremos equilibrios efervescentes.
El mundo que fue muy nuestro
Estamos invitados a otros momentos con sentidos de la orientación. Te he propuesto regresar a ese mundo que fue muy nuestro.
Nuevas fórmulas de recreo
No te puedo olvidar. Me has dado ese amor que ha generado todo lo que ha venido detrás. Te pienso con nuevas fórmulas de recreo.
Otro universo
Te espero con consideraciones nobles. Miramos para ver un poco más. Los sentimientos nos recuerdan lo especial de otro universo de sensaciones.
Te diré
Te pienso mientras eres tú misma. Nos hemos conformado con unas intenciones nuevas. Te diré.
Nos damos menos
Te he enseñado a ser tú mismo. No podemos ocuparnos de unas consecuencias que nos pueden. Nos damos menos.
Saldremos del camino
Nos servimos un poco de amor, que hemos de multiplicar como las estrellas. Nos saldremos del camino. Queda un montón de amor en alguna parte.
Ver más cosas
Me quieres y te quiero con toda la intensidad de la que somos capaces de generar. Iremos a ver más cosas.
El amor triunfará
Vemos mundos paralelos, pero no sabemos interpretarlos. Hemos descubierto muchas cosas. El amor triunfará.
Con otra confusión
Me consideras parte de ese todo que nos aclamó en los grandes momentos. Fuimos con otra confusión.
Por muchos motivos
Te considero la mejor amiga que he tenido. Te fuiste por muchos motivos, y por alguno volverás.
viernes, 28 de agosto de 2009
Intercambios poéticos
La sensibilidad es la base del entendimiento. No hay más fórmula para el conocimiento en cualquier parte o tiempo que utilizar el corazón como instrumento de referencia. El nivel afectivo es el que más incide en los otros, el que más se entiende, el que más nos acerca o nos distancia. Por ello conviene que lo fomentemos con claridad y con la mejor de las intenciones. La reina aquí es la poesía, que tiene un algo especial. Es un tipo de comunicación entre las almas, antes de partir, o de regresar, según se mire, a sus verdaderos y genuinos territorios. Por lo tanto, la poesía no es, o no debe, o no puede, que por ahí debe andar la cosa, vivir en el engaño. Fomenta, o ha de fomentar, la cultura de la felicidad, la búsqueda de las sensaciones más humanas, con favores diestros. Pensemos que muestra, porque es así, las entrañas de quien la escribe, y también de quien la recibe con los brazos abiertos. Es una ventana abierta a la naturaleza de unas existencias que, gracias a la esta modalidad artística, practican una comunión y una catarsis curativa. Funciona, de veras.
Escribir poesía es como volver a la adolescencia, casi a la niñez, a la pulcritud de la inocencia, cuando todo está por aprender, y por sorprendernos… Gestamos mucho deseo en ese planteamiento nuevo que es la vida en corto a través de versos surgidos de las entrañas, de los anhelos más propios, de las caricias, de las emociones más creíbles. Nos gustamos mucho, con el todo, con la nada que es condición para llegar a los demás, de los cuales aprendemos con instrumentos liberadores como la poesía misma.
Contamos, con la intercesión poética, todo aquello en lo que creemos, y pedimos un poco de paciencia hasta llegar donde sea menester. La tolerancia, la pasión, el entusiasmo, y algunos criterios y sentidos más, conforman la realidad acolchonada de la poesía, que gusta de expresar los portentos más distinguidos y también anónimos. Nos damos un poco de cordura loca mediante los versos, que nos invitan a reflexionar sobre lo que hacemos para armarnos de sólidas propuestas de amor, de cariño, de sinceridad.
El mejor intento de aproximación al otro nos viene del flujo poético. Se nos ve con más transparencia, si lo hacemos bien, con más ganas, con todo lo que tiene un universo generoso, bondadoso, colmado de excepcionalidades, todas descubiertas gracias a los afanes de un género literario que se llama poesía.
Da un poco de pavor meterse en el campo abonado de esta literatura. A través de ella se ven nuestras debilidades y fortalezas, se nos contempla como somos, y esa muestra de intimidad, que también es ausencia de anonimato, nos envuelve con una capa de densa factura y ambivalente prestancia. El miedo al ridículo al dirigirnos a gentes con las que no tenemos una familiaridad anterior nos invita a ocultarnos en el recorrido diario, pero eso lo debemos superar. La poesía es, asimismo, aliada, y consejera… Son más los dones que las promesas no cumplidas. Recordemos que en la poesía somos, y somos mejores, y somos más coherentemente honestos. Ánimo con ella. El sinfín de buenas vibraciones que nos puede regalar no tiene ni comparativa ni precio. Procuremos intercambios poéticos sin poner ni cotos ni limitaciones ni fronteras. Solo aconsejamos brillo y esmero.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Escribir poesía es como volver a la adolescencia, casi a la niñez, a la pulcritud de la inocencia, cuando todo está por aprender, y por sorprendernos… Gestamos mucho deseo en ese planteamiento nuevo que es la vida en corto a través de versos surgidos de las entrañas, de los anhelos más propios, de las caricias, de las emociones más creíbles. Nos gustamos mucho, con el todo, con la nada que es condición para llegar a los demás, de los cuales aprendemos con instrumentos liberadores como la poesía misma.
Contamos, con la intercesión poética, todo aquello en lo que creemos, y pedimos un poco de paciencia hasta llegar donde sea menester. La tolerancia, la pasión, el entusiasmo, y algunos criterios y sentidos más, conforman la realidad acolchonada de la poesía, que gusta de expresar los portentos más distinguidos y también anónimos. Nos damos un poco de cordura loca mediante los versos, que nos invitan a reflexionar sobre lo que hacemos para armarnos de sólidas propuestas de amor, de cariño, de sinceridad.
El mejor intento de aproximación al otro nos viene del flujo poético. Se nos ve con más transparencia, si lo hacemos bien, con más ganas, con todo lo que tiene un universo generoso, bondadoso, colmado de excepcionalidades, todas descubiertas gracias a los afanes de un género literario que se llama poesía.
Da un poco de pavor meterse en el campo abonado de esta literatura. A través de ella se ven nuestras debilidades y fortalezas, se nos contempla como somos, y esa muestra de intimidad, que también es ausencia de anonimato, nos envuelve con una capa de densa factura y ambivalente prestancia. El miedo al ridículo al dirigirnos a gentes con las que no tenemos una familiaridad anterior nos invita a ocultarnos en el recorrido diario, pero eso lo debemos superar. La poesía es, asimismo, aliada, y consejera… Son más los dones que las promesas no cumplidas. Recordemos que en la poesía somos, y somos mejores, y somos más coherentemente honestos. Ánimo con ella. El sinfín de buenas vibraciones que nos puede regalar no tiene ni comparativa ni precio. Procuremos intercambios poéticos sin poner ni cotos ni limitaciones ni fronteras. Solo aconsejamos brillo y esmero.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Un poco más en el olvido
Hemos olvidado esos orígenes que fueron orquídeas en la noche. Nos hemos dado un poco más.
El fuego que llevamos
Cuéntame lo que eres y por qué, y dime cosas lindas que nos apaguen el fuego que llevamos.
Nos hemos olvidado
Gestamos una nueva realidad con un distingo menor. Nos hemos olvidado de quiénes somos.
Crédito y amor
Hemos visto un nuevo sol que nos procura destellos sonrientes. Nos damos un poco de más crédito, con mucho más amor.
Un amor posible
Sufro pensando en ti, en lo que nos puedes aportar, en las necesidades de un amor posible.
Nos consentimos algunas palabras
Pensamos. Perdemos las caricias con las suficiencias de otros instantes. Nos consentimos algunas palabras.
Con un buen amor
Hemos descartado las apariencias que fueron desgastes casi engañosos. Seguimos con un buen amor.
Nos libramos
Nos activamos con unas intenciones que nos siguen la estela con un poco de esperanza. Nos libramos de algunas batallas.
Derecho nuevo
Nos despedimos con emociones que nos preocupan con sinceras imposturas. Iremos al derecho nuevo.
Sabremos
Mejoramos con las ilusiones de otros momentos. Nos hemos preocupado en exceso. Nos comentamos qué hacer. Sabremos.
Aliento y gracias
Me entrego a que me cuentes un poco por dónde viene ese aliento que nos consulta gracias.
jueves, 27 de agosto de 2009
El arte flamenco y su visibilidad mediática
Las manifestaciones artísticas peculiares deben tener una especial cabida en los contenidos periodísticos. Recordemos que los medios de comunicación deben tratar de mostrar una radiografía de la sociedad donde se hallan y de la cultura que ésta ha recogido durante toda su historia. Desde su origen más cercano, a mediados del siglo XIX, el flamenco se ha convertido en una referencia del arte español, del cante universal del sur de la Península Ibérica, de nuestra impresionante piel de toro, así como una muestra de la unión y concordia de muchos influjos culturales que se han ido sumando en un crisol tan especial como dinámico. Hay, como podemos advertir, muchas influencias, muchos vectores en sus orígenes más remotos. La fuerza y el empuje del flamenco, que recoge herencias de centurias atrás, no tienen parangón. Tampoco su versatilidad. Pocas modalidades artísticas brindan la posibilidad de adaptación que alberga este arte al que se han referido literatos, premios nobeles, científicos y gentes de toda condición.
Si tuviéramos que resumir el cante flamenco, el cante hondo, el cante popular flamenco, sin duda tendríamos que utilizar los términos pasión y sensibilidad. Goza de ambas facetas. No se puede entender este cante, estos cantares, sin caer en la cuenta de los sentimientos que transfiere, sin utilizarlos como base de una expresión que se entiende más allá de sus letras, tan sencillas como reivindicativas de lo que acontece cada día.
Por la importancia que tiene este arte, y por la necesidad de plasmarlo convenientemente, se justifica, entre otros criterios, que estudiemos y tratemos convenientemente el flamenco, que nace desde el hondo sentir de dotar de academicismo a unas modalidades que encandilaron, por citar a algunos de los más reseñables, a Juan Ramón Jiménez y a Federico García Lorca, nuestro Federico, que han surtido con sus textos unos remozados andares por los más diversos palos.
Como quiera que la idea es, y debe ser, llegar al gran público, debemos intentar utilizar un lenguaje que se entienda y que, a la vez, contribuya a la formación de los futuros aficionados y profesionales que se dediquen a este universo tan rico como atractivo. No defraudemos en las expectativas, ni seamos vacuos. El perjuicio puede ser tremendo. Busquemos un encuentro que sea todo lo interactivo que seamos capaces de impulsar desde la propia organización del mismo. Los espacios de diferencias o de desconocimientos, en éste o en otros planos, hay que rellenarlos.
Dos fenómenos tan sustanciales y fundamentales para la sociedad como son el flamenco, el arte, las manifestaciones interiores del ser humano, y los medios de comunicación han de convivir para adentrarse en las maravillas de un universo que nos pertenece para que lo mejoremos. Por ello hemos de sembrar ciertos sentimientos y cosechar muchos más. Apostar por manifestaciones artísticas tan esenciales es una garantía de contribuir al conocimiento de los ciudadanos y ciudadanas y para hacer germinar unas dosis de tolerancia que siempre son necesarias. Hagamos una saludable labor en este campo. Las generaciones venideras seguro que nos agradecerán el esfuerzo en éste y en otros ámbitos, pues podremos contribuir a hacer que perviva un arte que es de todos y de todas.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Si tuviéramos que resumir el cante flamenco, el cante hondo, el cante popular flamenco, sin duda tendríamos que utilizar los términos pasión y sensibilidad. Goza de ambas facetas. No se puede entender este cante, estos cantares, sin caer en la cuenta de los sentimientos que transfiere, sin utilizarlos como base de una expresión que se entiende más allá de sus letras, tan sencillas como reivindicativas de lo que acontece cada día.
Por la importancia que tiene este arte, y por la necesidad de plasmarlo convenientemente, se justifica, entre otros criterios, que estudiemos y tratemos convenientemente el flamenco, que nace desde el hondo sentir de dotar de academicismo a unas modalidades que encandilaron, por citar a algunos de los más reseñables, a Juan Ramón Jiménez y a Federico García Lorca, nuestro Federico, que han surtido con sus textos unos remozados andares por los más diversos palos.
Como quiera que la idea es, y debe ser, llegar al gran público, debemos intentar utilizar un lenguaje que se entienda y que, a la vez, contribuya a la formación de los futuros aficionados y profesionales que se dediquen a este universo tan rico como atractivo. No defraudemos en las expectativas, ni seamos vacuos. El perjuicio puede ser tremendo. Busquemos un encuentro que sea todo lo interactivo que seamos capaces de impulsar desde la propia organización del mismo. Los espacios de diferencias o de desconocimientos, en éste o en otros planos, hay que rellenarlos.
Dos fenómenos tan sustanciales y fundamentales para la sociedad como son el flamenco, el arte, las manifestaciones interiores del ser humano, y los medios de comunicación han de convivir para adentrarse en las maravillas de un universo que nos pertenece para que lo mejoremos. Por ello hemos de sembrar ciertos sentimientos y cosechar muchos más. Apostar por manifestaciones artísticas tan esenciales es una garantía de contribuir al conocimiento de los ciudadanos y ciudadanas y para hacer germinar unas dosis de tolerancia que siempre son necesarias. Hagamos una saludable labor en este campo. Las generaciones venideras seguro que nos agradecerán el esfuerzo en éste y en otros ámbitos, pues podremos contribuir a hacer que perviva un arte que es de todos y de todas.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Puede que sea así
Nos hemos diferenciado para tratar de contarnos lo que somos, y puede que sea así.
El todo con la nada
Tenemos oportunidades de viajar hacia esas cumbres en las que somos el todo con la nada.
No estaremos lejos
Te sigo la pista. Hemos aprendido a vivir en la paz de los solitarios. No estaremos lejos.
Como novicios
Tomamos un poco de aire para consultar esos corazones que fueron alados. Nos mostramos como novicios.
Capaces de comprender
La blanda pasión nos insufla muchos empeños. No hemos sido capaces de comprender lo que sucede.
Con una caricia nueva
Contemplamos el rostro de la emoción. Nos hemos singularizado con una caricia nueva.
Con muchas caricias
Nos hemos contado lo que pensamos en esta nueva travesía que nos hace discurrir con muchas caricias.
Simpáticos
Hemos anunciado una versión que nos insertará en la negación de la lucha, hoy nuestra. Nos mostramos simpáticos.
Lo que pienso, lo que soy
Te digo lo que pienso, cuánto te pienso, cómo te pienso, y soy como soy, por ti.
En la otra cara
Te comento que soy en ti con una voluntad medio de hierro. Sigo en la otra noche, en la otra cara.
Más cosas
Me inclino por ese momento en el que fuimos lo mejor de lo mejor. Nos comentaremos más cosas.
miércoles, 26 de agosto de 2009
Ya aprendido
Giro la moneda hasta ver lo que me enseña lo que es la vida. Me asombra de nuevo, aunque me suene a ya aprendido.
Sensaciones y sensibilidades comunicativas
La sensibilidad nos traslada muchos datos, experiencias vividas y no vividas, consideraciones de muchos géneros y órdenes. Tengámosla, pues, como una cima señera a la que considerar en su valía. Las esencias comunicativas tienen que ver con la cercanía y con los sentimientos, y la una y los otros se trasladan más idóneamente cuando nos mostramos en persona, cuando se nos ve físicamente en el mismo espacio y en el mismo tiempo. No hay nada mejor, cuando hablamos de comunicación, que la que ejercemos en directo, esto es, cara a cara. Aquí no hay trampa ni cartón. Tienes a tu público, contemplas su retroalimentación, puedes entender, si quieres, su interés, su empatía o antipatía, su comprensión, su perplejidad, su asentimiento, su versatilidad, todo cuanto es o debería ser… En la comunicación presencial, si somos honestos, y en eso la cara y el rostro nos dicen muchas cosas, podemos advertir si llegamos al auditorio, o si, por el contrario, hay una distancia mayor que el propio espacio físico en el que nos hallemos. Es difícil fingir en esta índole de procesos.
Por eso, precisamente, esta comunicación a la que ahora nos referimos es el gran reto, el gran desafío, el gran aprendizaje, lo mejor de lo mejor. En las fórmulas de cara a cara no caben dobleces, no caben ambigüedades, pues, en cualquier momento, veremos si están de acuerdo o no con lo que decimos, y también podremos contemplar si somos capaces de llamar la atención y de despertar el interés, o si, por desgracia, no somos lo suficientemente habilidosos o atractivos para llegar a los que tenemos delante. Se palpa en el ambiente cuando hay comodidad y cuando se cuentan cosas útiles e interesantes no solo para el emisor sino en paralelo para los receptores.
Además, no dejemos en saco roto la circunstancia de que, en este tipo de interconexiones, se aprende mucho. En primer lugar, se ha de saber lo que se quiere contar y cómo hacerlo. Hay que tener ideas, aprender a hilvanarlas y a mantener el ritmo, que no ha de detenerse en cuestiones baladíes. Lo accesorio puede aparecer como una anécdota, pero no podrá ser el todo, o bien el riesgo es no entusiasmar.
Hemos de comprobar, igualmente, y en todo momento, lo que hacemos, si captamos la atención, si vamos por buen camino, si se nos entiende, si el público sigue con pasión o con desidia lo que narramos: todo se ha de “baremar” con el objetivo de chequear constantemente si llegan los mensajes que tenemos previstos.
Claro que hay errores en este tipo de comunicaciones. Lo raro sería que no los hubiese, pero también estos posibles equívocos contribuyen a dar más naturalidad al mensaje, y, por lo tanto, más credibilidad también. Al mismo tiempo hemos de tener unos sanos reflejos de rectificar cuando erramos o cuando no nos damos a entender suficientemente. Para eso también hay que estar muy atentos.
Si tenemos en cuenta los pros y los contras de la comunicación en directo y cara a cara, personalmente creo que es la mejor. Es, asimismo, la base del resto de relaciones y de negociaciones, pues tiene en cuenta todos los grandes niveles en la comunicación, que se engloban en los afectivos y racionales, por decirlo de manera resumida. La vida, señoras y señores, es comunicación. Ésta es una buena referencia. También lo es decirlo cambiando los términos: la comunicación es vida. Cuando es en directo todavía nos adentramos más en las esencias relacionales, y podemos decir con toda claridad que el directo, que el directo comunicativo, es la misma vida. De ella se puede aprender mucho utilizando ese gran instrumento que es el diálogo, la charla cotidiana, el contacto personal y presencial. Muchas cosas importantes se infieren de cuanto ocurre en un universo al que hemos de añadir sensaciones y sensibilidades, que son tremendamente docentes. Miremos hacia todo lo que nos rodea y nos daremos un baño de humanidad muy sabroso.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Por eso, precisamente, esta comunicación a la que ahora nos referimos es el gran reto, el gran desafío, el gran aprendizaje, lo mejor de lo mejor. En las fórmulas de cara a cara no caben dobleces, no caben ambigüedades, pues, en cualquier momento, veremos si están de acuerdo o no con lo que decimos, y también podremos contemplar si somos capaces de llamar la atención y de despertar el interés, o si, por desgracia, no somos lo suficientemente habilidosos o atractivos para llegar a los que tenemos delante. Se palpa en el ambiente cuando hay comodidad y cuando se cuentan cosas útiles e interesantes no solo para el emisor sino en paralelo para los receptores.
Además, no dejemos en saco roto la circunstancia de que, en este tipo de interconexiones, se aprende mucho. En primer lugar, se ha de saber lo que se quiere contar y cómo hacerlo. Hay que tener ideas, aprender a hilvanarlas y a mantener el ritmo, que no ha de detenerse en cuestiones baladíes. Lo accesorio puede aparecer como una anécdota, pero no podrá ser el todo, o bien el riesgo es no entusiasmar.
Hemos de comprobar, igualmente, y en todo momento, lo que hacemos, si captamos la atención, si vamos por buen camino, si se nos entiende, si el público sigue con pasión o con desidia lo que narramos: todo se ha de “baremar” con el objetivo de chequear constantemente si llegan los mensajes que tenemos previstos.
Claro que hay errores en este tipo de comunicaciones. Lo raro sería que no los hubiese, pero también estos posibles equívocos contribuyen a dar más naturalidad al mensaje, y, por lo tanto, más credibilidad también. Al mismo tiempo hemos de tener unos sanos reflejos de rectificar cuando erramos o cuando no nos damos a entender suficientemente. Para eso también hay que estar muy atentos.
Si tenemos en cuenta los pros y los contras de la comunicación en directo y cara a cara, personalmente creo que es la mejor. Es, asimismo, la base del resto de relaciones y de negociaciones, pues tiene en cuenta todos los grandes niveles en la comunicación, que se engloban en los afectivos y racionales, por decirlo de manera resumida. La vida, señoras y señores, es comunicación. Ésta es una buena referencia. También lo es decirlo cambiando los términos: la comunicación es vida. Cuando es en directo todavía nos adentramos más en las esencias relacionales, y podemos decir con toda claridad que el directo, que el directo comunicativo, es la misma vida. De ella se puede aprender mucho utilizando ese gran instrumento que es el diálogo, la charla cotidiana, el contacto personal y presencial. Muchas cosas importantes se infieren de cuanto ocurre en un universo al que hemos de añadir sensaciones y sensibilidades, que son tremendamente docentes. Miremos hacia todo lo que nos rodea y nos daremos un baño de humanidad muy sabroso.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Lo que deseamos hacer
Hemos preferido mirar hacia otro lado con la moral bien puesta en su sitio. Nos convencemos de lo que deseamos hacer.
Qué hacer, cómo vivir
Nos nutrimos todo cuanto podemos, y seguimos las secuencias que nos plantean qué hacer, cómo vivir.
Entusiasmos perdidos
Dime que nos hemos de sorprender, y lo haremos. Hemos buscado algunos entusiasmos perdidos.
Soluciones y alivios
Nos hemos entusiasmado. Las condiciones nos plantean soluciones que nos han de aliviar como se pueda.
La voluntad de querernos
Generamos amores que nos buscan con extrañeza. Hemos insistido en regresar a otros momentos con la voluntad de querernos.
Con el amor
No me digas que me comprendes, que creo que no es así. Hemos supuesto cosas que tienen que ver con el amor.
La idea es volver
Sueño con tu ser, siempre con tu ser, y eres, siempre eres, y sigues, siempre sigues. La idea es volver.
La misma senda de antaño
Te puedes adentrar en un espacio que nos propone seguir por la misma senda de antaño.
Mis nuevas caricias
Me impones un trayecto que surge con una memoria medio rota. Has abundando en mis nuevas caricias.
Mucha imprecisión
Siento que nos hallemos tan lejos y tan cerca al mismo tiempo. Generamos mucha imprecisión.
Te destino mi ser
Pienso en todo cuanto eres, en lo que supones para un enamorado como yo. Te destino mi ser.
martes, 25 de agosto de 2009
Aprender escuchando a los demás
De los que nos rodean aprendemos mucho. Nos cuentan, o nos pueden contar, sus experiencias, sus perspectivas, lo que hacen, sus triunfos, los que no lo son tanto… Hemos de recuperar esa visión. La etapa que vivimos está llena de contradicciones, porque, como parece evidente, el ser humano también las tiene. Nos repetimos día tras día que ésta es la era de la comunicación, y que, por saturación, a menudo se produce la paradoja de la incomunicación. No sabemos del otro, porque, cuando nos habla, no le escuchamos lo suficiente. Al otro le pasa igual. También es cierto que vendemos tanta superficialidad que dejamos a un lado lo verdaderamente importante. Puede que contemos qué somos, pero no quiénes somos. No queremos perder el tiempo, nos indicamos, o bien preferimos optimizarlo de maneras que nos hacen, en realidad, no aprovecharlo como deberíamos.
El atender al otro, al vecino, al conocido, al que pasa diariamente por nuestro entorno, es básico para que sepamos lo que piensa, lo que le preocupa, lo que nos podría identificar con él, o a él con nosotros. Sin esa cercanía es difícil que conectemos con él, o con ella. Son las prisas, son esas premuras, según nos decimos, las que hacen que no demos con las claves del acontecer cotidiano. Es una media verdad. Así nos va.
Sacamos partido urgente a lo que nos parece rentable e importante en el deambular diario. Otra vez las prisas por llegar. Lo que ocurre, por desgracia, es que hemos cambiado los patrones culturales y educativos, y nos parece relevante lo que sin duda no lo es tanto. Por eso surgen tantas melancolías y frustraciones en nuestras existencias, porque, como dice el protagonista de “El Protegido”, no hacemos lo que querríamos.
Un primer paso es, por ende, qué sepamos lo que queremos hacer. Para tal aprendizaje hemos de empezar por nosotros mismos. Conviene que escuchemos a nuestras conciencias y corazones, y que no queden los sentimientos postergados o escondidos por las dichosas prisas o por éxitos que no nos satisfacen tanto como pensamos, o decimos…
En el mundo de la comunicación, de la saturación, del aprendizaje perpetuo, igualmente de la incomunicación, de las posibilidades de información, el silencio para escuchar a los otros puede ser una base para recuperar una posición más pre-activa en el proceso de intercambio de ideas, de datos y de experiencias. Probemos hoy mismo, que es cuestión de hábitos, de desarrollarlos, claro. Aprender de otras experiencias es la base para rentabilizar el tiempo también, pues, así, podemos sacar partido a los éxitos y a los fracasos de los demás. Recordemos que, de esta guisa, se construyen las sociedades. Seamos valientes, justos, y hasta lógicos, y veamos que el sentido está en que nos escuchemos todos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
El atender al otro, al vecino, al conocido, al que pasa diariamente por nuestro entorno, es básico para que sepamos lo que piensa, lo que le preocupa, lo que nos podría identificar con él, o a él con nosotros. Sin esa cercanía es difícil que conectemos con él, o con ella. Son las prisas, son esas premuras, según nos decimos, las que hacen que no demos con las claves del acontecer cotidiano. Es una media verdad. Así nos va.
Sacamos partido urgente a lo que nos parece rentable e importante en el deambular diario. Otra vez las prisas por llegar. Lo que ocurre, por desgracia, es que hemos cambiado los patrones culturales y educativos, y nos parece relevante lo que sin duda no lo es tanto. Por eso surgen tantas melancolías y frustraciones en nuestras existencias, porque, como dice el protagonista de “El Protegido”, no hacemos lo que querríamos.
Un primer paso es, por ende, qué sepamos lo que queremos hacer. Para tal aprendizaje hemos de empezar por nosotros mismos. Conviene que escuchemos a nuestras conciencias y corazones, y que no queden los sentimientos postergados o escondidos por las dichosas prisas o por éxitos que no nos satisfacen tanto como pensamos, o decimos…
En el mundo de la comunicación, de la saturación, del aprendizaje perpetuo, igualmente de la incomunicación, de las posibilidades de información, el silencio para escuchar a los otros puede ser una base para recuperar una posición más pre-activa en el proceso de intercambio de ideas, de datos y de experiencias. Probemos hoy mismo, que es cuestión de hábitos, de desarrollarlos, claro. Aprender de otras experiencias es la base para rentabilizar el tiempo también, pues, así, podemos sacar partido a los éxitos y a los fracasos de los demás. Recordemos que, de esta guisa, se construyen las sociedades. Seamos valientes, justos, y hasta lógicos, y veamos que el sentido está en que nos escuchemos todos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Apariencias y dichas
Dame esa pasión que nos ha de endulzar la vida con otras apariencias colmadas de dichas.
Nos complaceremos
Pensemos en lo que nos podemos aportar contando lo que somos, lo que nos gustaría ser. Nos complaceremos.
Pensamientos fluctuantes
Juzgamos con unos planteamientos que nos han de procurar un disfrute de pensamientos fluctuantes.
Por el mejor ambiente
Me pides entender lo que sucede con una voluntad que nos ha de conducir por el mejor ambiente.
Nos comprendemos
Podemos cambiar algunos cromos, pero no sé si es una buena opción. Nos comprendemos.
Crecimiento periódico
Creemos en el silencio. Hemos servido de testigos para una realidad que ha de volver con un crecimiento periódico.
Peticiones de otros instantes
Me cuentas dónde debo acercarme ahora que no soy capaz de dar con las peticiones de otros instantes.
Disponer otras caricias
Buscamos la noria con la que poder movernos. Iremos a disponer otras caricias.
Nutriente apariencia
Respondes con espacios mínimos que nos hacen vivir el esfuerzo con una nutriente apariencia.
La opción
Te creo. Hemos insistido en vivir con una vuelta de tuerca al amor. No sé si es una buena opción.
Yace el amor
Bajo hacia ese lado en el que nos mostramos aprendizajes con querencias nuevas. Iremos a ver lo que no ocurre. El amor yace.
lunes, 24 de agosto de 2009
Comunicación equidistante
Intentemos estar cerca de los otros, incluso de los que menos comprendemos. Todo en su justa medida, en la medida del ser humano, con la referencia de tener en cuenta el bien del conjunto, de la comunidad donde nos hallemos. Decían los griegos que en el término medio está la virtud. Siempre lo he creído. Lo bueno de esta ubicación es que es la posición más equidistante para poder entender actitudes que no tienen por qué comulgar con lo que nosotros pensamos. Pensemos que los extremos andan muy lejos los unos de los otros, y, además, cuando se tocan, es en sus más beligerantes aspectos, lo que condiciona definitivamente los resultados.
Creo, por ello, por lo que digo, en la tarea de tender puentes entre opiniones y situaciones diversas. Esas mismas comunicaciones o conexiones, pese a su verticalidad y horizontalidad, sustentan encuentros que, de otro modo, no se darían. Hemos de poder escuchar a los demás, lo que sienten, lo que padecen, cómo son, pensando, buscando, intentando hacer ese esfuerzo por llegar al que está al lado, que también tiene sus razones, como nosotros. De buenos acuerdos están hechos los períodos de paz, de equilibrio, de consenso, y, asimismo, de justicia.
La comunicación para llegar a esta coyuntura, que hemos de hacer estructural, es fundamental. Sin ella no arribamos a situaciones estables. Hemos de salir del conformismo, de la apatía, del dejar hacer sin intervenir… Podemos acercarnos a otras realidades, pero para eso hemos de educarnos en tomar en consideración a los demás, al tiempo que hemos de empeñarnos en trabajar por los otros, por lo que tienen, por lo que han de tener. El deseo de corresponder en lo espiritual nos ha de mover cada día.
Abrir las manos, estrecharlas, considerar al que viene con sus experiencias e ideas, es el sustento necesario para andar un camino de pensamientos floridos, llenos de nutrientes. La divisa ha de ser la esperanza, conformada con otros ingredientes. No defendemos milagros, sino el milagro cotidiano de andar en y por el mismo camino, aunque no siempre nos podamos entender enteramente. Lo interesante es comunicarnos, sentir que no estamos solos, atender las peticiones y demandas de los convecinos… Lo relevante es vernos como parte solidaria de una carrera donde hemos de quitar los obstáculos.
La faena de tender puentes es siempre a largo plazo. No pensemos en corto. Podemos acercarnos, y estoy convencido de ello, a más compromisos desde el ideal pacífico y sosegado de englobar todas las sensibilidades, que nos aportarán elementos sustanciales, granos de arena necesarios en el poso del devenir diario. Es un esfuerzo que no se ve cotidianamente y, por consiguiente, nos puede agobiar el ver que nos cansamos sin cosechar a corto o medio plazo, pero así es la vida. Recuerdo a mi abuelo cuando me decía que la palmera que disfrutábamos la habían plantado dos o tres generaciones anteriores sabiendo, entonces como ahora, que ellos y ellas no cosecharían tal empeño y quehacer. También es cierto, y no olvidemos, que saboreamos las tareas de otros que nos llegan con el paso del tiempo. Tomar esta perspectiva es síntoma de inteligencia emocional y experimental.
Finalmente, no olvidemos que tender puentes es un regalo que hacemos a los demás, y, en paralelo, a nosotros mismos. En el largo plazo también somos más felices. Probemos. Cuando estamos en conexión nos sabemos parte de un proyecto donde todos recibimos el bien intangible de la amistad, del amor, de la consideración, de las buenas acciones de los demás, y eso es un regalo impagable. Confiemos en los agradables resultados de las obras bien intencionadas.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Creo, por ello, por lo que digo, en la tarea de tender puentes entre opiniones y situaciones diversas. Esas mismas comunicaciones o conexiones, pese a su verticalidad y horizontalidad, sustentan encuentros que, de otro modo, no se darían. Hemos de poder escuchar a los demás, lo que sienten, lo que padecen, cómo son, pensando, buscando, intentando hacer ese esfuerzo por llegar al que está al lado, que también tiene sus razones, como nosotros. De buenos acuerdos están hechos los períodos de paz, de equilibrio, de consenso, y, asimismo, de justicia.
La comunicación para llegar a esta coyuntura, que hemos de hacer estructural, es fundamental. Sin ella no arribamos a situaciones estables. Hemos de salir del conformismo, de la apatía, del dejar hacer sin intervenir… Podemos acercarnos a otras realidades, pero para eso hemos de educarnos en tomar en consideración a los demás, al tiempo que hemos de empeñarnos en trabajar por los otros, por lo que tienen, por lo que han de tener. El deseo de corresponder en lo espiritual nos ha de mover cada día.
Abrir las manos, estrecharlas, considerar al que viene con sus experiencias e ideas, es el sustento necesario para andar un camino de pensamientos floridos, llenos de nutrientes. La divisa ha de ser la esperanza, conformada con otros ingredientes. No defendemos milagros, sino el milagro cotidiano de andar en y por el mismo camino, aunque no siempre nos podamos entender enteramente. Lo interesante es comunicarnos, sentir que no estamos solos, atender las peticiones y demandas de los convecinos… Lo relevante es vernos como parte solidaria de una carrera donde hemos de quitar los obstáculos.
La faena de tender puentes es siempre a largo plazo. No pensemos en corto. Podemos acercarnos, y estoy convencido de ello, a más compromisos desde el ideal pacífico y sosegado de englobar todas las sensibilidades, que nos aportarán elementos sustanciales, granos de arena necesarios en el poso del devenir diario. Es un esfuerzo que no se ve cotidianamente y, por consiguiente, nos puede agobiar el ver que nos cansamos sin cosechar a corto o medio plazo, pero así es la vida. Recuerdo a mi abuelo cuando me decía que la palmera que disfrutábamos la habían plantado dos o tres generaciones anteriores sabiendo, entonces como ahora, que ellos y ellas no cosecharían tal empeño y quehacer. También es cierto, y no olvidemos, que saboreamos las tareas de otros que nos llegan con el paso del tiempo. Tomar esta perspectiva es síntoma de inteligencia emocional y experimental.
Finalmente, no olvidemos que tender puentes es un regalo que hacemos a los demás, y, en paralelo, a nosotros mismos. En el largo plazo también somos más felices. Probemos. Cuando estamos en conexión nos sabemos parte de un proyecto donde todos recibimos el bien intangible de la amistad, del amor, de la consideración, de las buenas acciones de los demás, y eso es un regalo impagable. Confiemos en los agradables resultados de las obras bien intencionadas.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Pasiones en el vacío
Repartimos. Hemos sentido que las frustraciones vengan en forma de pasiones numeradas en el vacío.
Emociones sinceras
Nos sentamos a compartir esfuerzos con el empeño de tocar ese amor que nos fecundó de emociones sinceras.
Sensibilidad entusiasmada
Hemos acudido a la voluntad menos sentida, a la sensibilidad más entusiasmada.
Nos pedimos menos
No parecemos. Hemos servido de testigos para adentrarnos en la plaza más querida. Nos pedimos menos.
Por él
Rastreamos las intenciones que nos han de llevar por esos momentos de entendimientos creíbles. Iremos como locos de amor. Por él.
Donde todo será
Verificamos el recorrido del deseo con una entidad que nos ha de colocar donde todo es, o será.
Otra edad
Sigo hacia ti. Nos hemos enamorado de una versión que nos ha de conducir por vericuetos un poco más extraños. Nos asomamos a otra edad.
Las bases de otra claridad
Añadimos un poco más deseo a una voz que nos propone sentar las bases de otra claridad.
Las salidas que fueron
Me voy a adentrar en tus carencias, y te diré todo cuanto pienso ahora que no soy capaz de dar con las salidas que antes fueron.
En la otra medida
Tratamos de pedir un poco más cuando los intereses son los que son. Hemos acertado en la otra medida.
En la otra cara
Resolvemos algunos aspectos con unas intenciones un poco fluctuantes. No somos en la otra cara que tiene todo tipo de monedas.
domingo, 23 de agosto de 2009
Buenos oficios comunicativos
Lo primero es antes, según nos decimos. Hemos de saber elegir para construir lo más grato, complaciente y edificante. Busquemos en la base, en lo bonito, en los hechos que han de sostener lo que anhelamos. Nos debemos ayudar. Necesitamos un contexto para comunicar quiénes somos. Ha pasado el tiempo, y hay muchas cosas, demasiados elementos, que no hemos pintado, o que no hemos sabido. Nos decimos que nos ha faltado tiempo, pero, en realidad, hemos carecido del suficiente valor. Las medidas no nos han salido. Hemos de abrazar el pasado, en unión con el presente y con el posible futuro.
Las pasiones nos han sobrepasado. Las tuvimos, sí, pero no las cultivamos en la modalidad debida. Hemos de ubicar ahora, ya, más colores en las relaciones que antes fueron puras labores de artesanía. Nos necesitamos, pero no siempre lo vemos con la adecuada claridad. Nos hemos montado una diversión con panorámicas renovadas. Nos diremos entre efusivos mensajes.
Apostemos por el respeto, por el conocimiento, por el agradecimiento, por los capítulos agudos, con perspicacia y perspectiva. Podemos superar, por supuesto, las grietas que nos rompen las alegrías cortas. Pongamos alas para llegar más lejos. Apuntemos. Seguro que daremos con las posibilidades que hace tiempo que no hemos visto. Sabemos que están. La administración ha de ser la base para compartir. Los demás serán el espejo brillante donde nos hemos de entregar sin descanso.
Hemos de ir construyendo un escenario que nos proponga salir de posiciones incultas. El quehacer ha de ser el de convivir, dando salida a los afanes que llevamos en el interior. Nos daremos la bienvenida en todo momento sin esperar etapas determinadas. Nosotros pondremos el ritmo. Somos capaces, y también es nuestra obligación. Nos hemos de distinguir sin distribuir a ciegas. Pensemos lo que hacemos y hacia dónde nos dirigimos. Nos hemos de dar a conocer con menciones específicas. Nos concretaremos.
Los gustos han de ser preferentes para conducirnos por lugares distintos. Debemos referir el qué, el cómo, el cuándo, el porqué, y, entre los quiénes, hemos de estar nosotros. Cantemos para dar más brillo y prestancia, y todo irá mejor. Nos hemos de integrar en una comunión especial que haremos importante. No hagamos deducciones, pues no hemos de arriesgarnos a quedarnos solos.
Pongamos las claves para comprender los aspectos que no siempre miramos cuando nos convencemos de las apariencias con las dichas extraordinarias. Nos hemos de encontrar con evoluciones no desgastadas. Acordemos los conciertos musicales que nos sirvieron, en otra era, para patrocinar los mejores momentos, que han de volver. No ayunemos, y tratemos de hacer hoy lo que otros quieren que dejemos para mañana. Nos hemos de promover con comienzos eternos, cíclicos, sin restricciones. Vamos por esa afirmación que nos dará potencia en el día a día. Cambiemos las formas. El proyecto de humanidad saldrá adelante. Todos debemos colaborar para que las intenciones se sustancien en algo más. El punto de referencia ha de ser la alegría, aderezada de las mejores intenciones. Utilicemos los mejores oficios comunicativos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Las pasiones nos han sobrepasado. Las tuvimos, sí, pero no las cultivamos en la modalidad debida. Hemos de ubicar ahora, ya, más colores en las relaciones que antes fueron puras labores de artesanía. Nos necesitamos, pero no siempre lo vemos con la adecuada claridad. Nos hemos montado una diversión con panorámicas renovadas. Nos diremos entre efusivos mensajes.
Apostemos por el respeto, por el conocimiento, por el agradecimiento, por los capítulos agudos, con perspicacia y perspectiva. Podemos superar, por supuesto, las grietas que nos rompen las alegrías cortas. Pongamos alas para llegar más lejos. Apuntemos. Seguro que daremos con las posibilidades que hace tiempo que no hemos visto. Sabemos que están. La administración ha de ser la base para compartir. Los demás serán el espejo brillante donde nos hemos de entregar sin descanso.
Hemos de ir construyendo un escenario que nos proponga salir de posiciones incultas. El quehacer ha de ser el de convivir, dando salida a los afanes que llevamos en el interior. Nos daremos la bienvenida en todo momento sin esperar etapas determinadas. Nosotros pondremos el ritmo. Somos capaces, y también es nuestra obligación. Nos hemos de distinguir sin distribuir a ciegas. Pensemos lo que hacemos y hacia dónde nos dirigimos. Nos hemos de dar a conocer con menciones específicas. Nos concretaremos.
Los gustos han de ser preferentes para conducirnos por lugares distintos. Debemos referir el qué, el cómo, el cuándo, el porqué, y, entre los quiénes, hemos de estar nosotros. Cantemos para dar más brillo y prestancia, y todo irá mejor. Nos hemos de integrar en una comunión especial que haremos importante. No hagamos deducciones, pues no hemos de arriesgarnos a quedarnos solos.
Pongamos las claves para comprender los aspectos que no siempre miramos cuando nos convencemos de las apariencias con las dichas extraordinarias. Nos hemos de encontrar con evoluciones no desgastadas. Acordemos los conciertos musicales que nos sirvieron, en otra era, para patrocinar los mejores momentos, que han de volver. No ayunemos, y tratemos de hacer hoy lo que otros quieren que dejemos para mañana. Nos hemos de promover con comienzos eternos, cíclicos, sin restricciones. Vamos por esa afirmación que nos dará potencia en el día a día. Cambiemos las formas. El proyecto de humanidad saldrá adelante. Todos debemos colaborar para que las intenciones se sustancien en algo más. El punto de referencia ha de ser la alegría, aderezada de las mejores intenciones. Utilicemos los mejores oficios comunicativos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Intenciones sin crecer
Pesa el amor, aunque no lo veamos. Nos hemos comunicado con esas intenciones que hemos dejado sin crecer.
Posicionados en el amor
Nos adecuamos a otras realidades. Nos venimos con aprovechamientos sin descuidos. Nos iremos con unas intenciones un poco más realistas. Nos debemos posicionar en el amor.
Para no ver
Nos adecuamos a otras realidades. Nos venimos con aprovechamientos sin descuidos. Nos iremos para no ver.
Raíces extrañas
Te devuelvo lo que es mío. Nos hemos sorprendido en la espera. Nos confrontamos a raíces un poco más extrañas. Te diré, siempre te diré.
Regreso a lo ideal
Te espero aunque no sé dónde nos veremos. Hace tiempo que vivo el sueño de un regreso a lo ideal.
Nos damos demasiado
Estudiamos lo que portamos en los corazones, y nos mostramos caminos que hemos de tomar con ayudas variadas. Nos damos demasiado.
Hemos de descansar
Somos comunes. No hace falta que busquemos singularidades en las que no creemos. El tiempo pasa, y hemos de descansar.
Nos inspiramos
No me quedaré atrás. Las impresiones de siempre nos dirán qué podemos hacer. Nos declaramos hacendosos. Nos inspiramos.
No habrá diferencias
Modifico mi ser con una nueva vestimenta. Nos hemos enamorado de los grandes vuelos. No habrá diferencias.
Debemos regresar
Defendemos las comunidades de espíritus e ideas que generamos cuando no veíamos más que el conjunto. Debemos regresar.
Te hallaré
No te olvidaré. Hemos sentido que las cosas se pueden moderar. No será fácil, pero, como te admiro, te hallaré.
No lo eres
Te contaré cómo van las cosas ahora que las ocasiones vienen con entereza. Te muestras ignorante, y no lo eres.
Hacia dónde podemos ir
Respondo a mis anhelos con más intenciones de las que puedo recordar. Te diré hacia dónde podemos ir.
Una experiencia única
Vivimos la experiencia única de aprovechar quiénes somos de verdad. Debemos aprender de otro modo.
Deseos abiertos
Volveré a no decir nada. He consultado todo cuanto soy. Me impresionas. Hemos abierto algunos deseos.
Buenas intenciones
Recuerdo quién fui, y te hallo a ti a mi vera. He aprendido de tus intenciones, siempre buenas.
sábado, 22 de agosto de 2009
Nos volvemos a enamorar
Nos iniciamos en nuevas etapas que han de confluir en caminos de destacada factura. Nos volveremos a enamorar.
Quizá creamos
Generamos más velocidad cuanto no tenemos ninguna prisa. Iremos a comprender lo que nos quieren contar. Quizá creamos.
Más desconocidos
Suspendemos algunas caricias que nos podrían dar coincidencias de facturas enormes. Nos pensamos con explicaciones superiores que nos hacen más desconocidos.
No regresamos
Sistematizamos ciclos que nos regalan culturas de pensamientos fluctuantes. No regresamos.
Consultar algunas cosas
Giramos hacia ese lado que nos hace testigos de pensamientos medio floridos. Iremos a consultar algunas cosas.
No terminamos
Compensamos con unos deseos que nos dejan hambrientos. Nos vamos directos a otra vida. No terminamos.
Intenciones derrotadas
Nos combinamos para ser felices. Hemos podido con imágenes incréibles que antes nos rodearon de intenciones, sólo de ellas, algunas derrotadas.
Amores desconocidos
Asistimos con las invenciones de amores que antes fueron desconocidos y que seguirán siéndolo.
Vidas en una
Divisamos la diversión y el peligro ante la falta de un cariño que puede caracterizar esas vidas que queremos que sean una.
Amistades profundas
Apuesto por una nueva vida que nos ha de permitir ver las cuestiones que nos llegan con amistades profundas.
Sin reducciones posibles
Tenemos el valor de seguir por un costado que nos perfora las ideas de amarnos y de defendernos sin reducciones posibles.
Ya responderás
Te busco en esa dieta que el universo nos repone cuando las cosas vienen de cara. Te pregunto. Ya responderás.
Causas medio nuevas
Precisamos vivir en otra situación: queremos el amor suficiente para adecuarnos a causas medio nuevas.
Afán de superación
Me tomo un poco de descanso para responder a las cautelas que otros nos traen. No somos sin el afán de superación.
En ti
Respondo a tus inquietudes con unas intenciones medio nuevas. Te diré todo lo que pienso. La vida es en ti.
viernes, 21 de agosto de 2009
El estío y la voluntad de comunicarnos
El estío tiene un gracejo especial: es como un don, que se hace presente en una mayor conexión humana. Los días de verano ayudan a comunicarnos más y mejor. El calor, la luz, la impronta de toda la naturaleza seguro que ayudan a que no nos repleguemos sobre nosotros mismos y a que nos contemos nuestras cosas. Siempre lo he pensado. El verano es una etapa de más comunión, de más comunicación, de más convencimientos gracias a que la climatología, entre otras cosas, nos ayuda con su benevolencia, pues es mejor, nos ofrece sugerentes temperaturas y el tiempo parece transcurrir de otro modo, como más plácidamente, como sin prisa, con sosiego, claro.
Salir a la calle a primera hora de la mañana, o de la tarde, cuando el sol es menos implacable y se agradece el fresco que nos llega, aunque sea livianamente, es un placer. Lo es también, si nos gusta el ambiente más tórrido, enfrentarnos al mediodía con su actitud dura de calor, que nos seduce en ocasiones y que hemos de respetar para evitar sustos. Es el verano, con todo por hacer, con muchas valoraciones de lo que fueron los meses pasados, o de cálculos estimados respecto de lo que está por venir.
Abandonamos, en esta época estival, muros y barreras para conocer más gentes, y más a la gente que nos rodea. Hay tiempo para conversar de todo y de nada, que es como más se aprende, aunque parezca mentira. Nos rodeamos de buenas vibraciones, pues ya no vamos tan deprisa. La versión que nos otorgamos nos regala más jovialidad, mejores anhelos, toda una gran oportunidad.
Hay más tiempo para contemplarnos de manera presencial. El teléfono parece que languidece, como si durmiera. No tenemos prisa para que despierte. Ya se hará valer en las otras etapas del año. Lo hace. Ahora, estos meses son nuestros, más nuestros que ningún otro, pues nos contemplamos como somos, o eso pensamos. Nos miramos, nos reímos, nos emocionamos, nos gustamos…
Es el verano, que llega con sus calores, pero también con sus puntos y aparte respecto a locuras cotidianas de insanas incomunicaciones. En estas semanas sí tenemos tiempo para contarnos nuestras cosas, aunque no sean importantes (no tienen por qué serlo). Nos buscamos con prestaciones periódicas de unos empujes que nos han de salvar de experiencias apremiantes, que ahora no surten efecto, gracias, nos decimos, al ritmo que nos imprime el estío, que es así, como a nosotros nos gusta.
La gran pregunta, y eso no nos tiene que llenar de intranquilidad, es por qué asociamos verano a temperaturas altas. Podríamos hacer que lo fuera todo el año, al menos en las posturas y actitudes vitales que mantenemos. Es cuestión de probar. Seguro que nos sorprendemos. Las presencias comunicativas veraniegas se pueden extender mucho más. No colocar barreras es una primera medida para cosechar óptimos resultados. La voluntad de comunicarnos que surge con el calor ha de mantenerse con la suficiente temperatura para que el proceso se siga dando en condiciones durante todo el año. Claro que sí.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Salir a la calle a primera hora de la mañana, o de la tarde, cuando el sol es menos implacable y se agradece el fresco que nos llega, aunque sea livianamente, es un placer. Lo es también, si nos gusta el ambiente más tórrido, enfrentarnos al mediodía con su actitud dura de calor, que nos seduce en ocasiones y que hemos de respetar para evitar sustos. Es el verano, con todo por hacer, con muchas valoraciones de lo que fueron los meses pasados, o de cálculos estimados respecto de lo que está por venir.
Abandonamos, en esta época estival, muros y barreras para conocer más gentes, y más a la gente que nos rodea. Hay tiempo para conversar de todo y de nada, que es como más se aprende, aunque parezca mentira. Nos rodeamos de buenas vibraciones, pues ya no vamos tan deprisa. La versión que nos otorgamos nos regala más jovialidad, mejores anhelos, toda una gran oportunidad.
Hay más tiempo para contemplarnos de manera presencial. El teléfono parece que languidece, como si durmiera. No tenemos prisa para que despierte. Ya se hará valer en las otras etapas del año. Lo hace. Ahora, estos meses son nuestros, más nuestros que ningún otro, pues nos contemplamos como somos, o eso pensamos. Nos miramos, nos reímos, nos emocionamos, nos gustamos…
Es el verano, que llega con sus calores, pero también con sus puntos y aparte respecto a locuras cotidianas de insanas incomunicaciones. En estas semanas sí tenemos tiempo para contarnos nuestras cosas, aunque no sean importantes (no tienen por qué serlo). Nos buscamos con prestaciones periódicas de unos empujes que nos han de salvar de experiencias apremiantes, que ahora no surten efecto, gracias, nos decimos, al ritmo que nos imprime el estío, que es así, como a nosotros nos gusta.
La gran pregunta, y eso no nos tiene que llenar de intranquilidad, es por qué asociamos verano a temperaturas altas. Podríamos hacer que lo fuera todo el año, al menos en las posturas y actitudes vitales que mantenemos. Es cuestión de probar. Seguro que nos sorprendemos. Las presencias comunicativas veraniegas se pueden extender mucho más. No colocar barreras es una primera medida para cosechar óptimos resultados. La voluntad de comunicarnos que surge con el calor ha de mantenerse con la suficiente temperatura para que el proceso se siga dando en condiciones durante todo el año. Claro que sí.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Experiencias dichosas
Me engancho a ti por esa mirada que tanto me aporta en los tiempos nuevos. Nos hemos señalado muchas cosas. Consumaremos experiencias dichosas. Sabes que será así.
Nuestro deber es amarnos
Reponemos fuerzas ahora que tenemos un momento para el descanso. Nos conformamos. Nuestro deber es amarnos.
Actitud de cariño
Reiteramos espacios y sensaciones con un poco de buen humor, que lo tenemos. Nos mostramos con una sabia actitud de cariño.
De otro modo mejor
Aseguramos algunos espacios que nos hacen sentir que las cosas son de otro modo mejor.
Desde sensaciones nuevas
Iremos a ver todo lo que sucede por un campo abonado desde sensaciones nuevas.
Muy mucho
Bajamos con unas intenciones que nos agasajan con el destino más querido. Nos pensamos muy mucho.
Otro sentido
Señalamos los caminos con unas rondas que nos permiten seguir como si todo tuviera otro sentido.
Más carácter
Damos vueltas, y nos mareamos un poco mientras sentimos las garras de un destino que nos imprime más carácter.
Con sus oportunos cambios
Te expones con una intención que promueve algunas lagunas con sus oportunos cambios.
Puede que sea la misma
Insistimos en estar bien, y lo estamos, o eso parece. Nos enganchamos a otra vida, que puede que sea la misma.
Que todo vaya como debe
Subo a las emociones más ingratas con unas reglas que harán que todo vaya como debe.
jueves, 20 de agosto de 2009
Con naturalidad
Señalamos el camino que nos ha de portar con libertad. Iremos más allá de lo que vemos. La naturalidad nos ha de caracterizar.
Te pretendo
Te recuerdo que debes estar a tiempo, con adelantos claros, y te digo, y te sueño, y te pretendo.
Todo lo que podrá ser
Sabes todo lo que te digo, todo lo que te amo, todo lo que te cuento, y te cuento todo lo que eres, todo lo que podrá ser.
Intensidad de otra motivación
Pienso en la intensidad de otra motivación más querida. Hemos aglutinado muchos esfuerzos.
El rostro y los ojos en los procesos de comunicación
Los flujos comunicativos tienen muchos elementos de interés y de incidencia, como ya hemos contado en otras ocasiones, pero insistamos en que la dimensión de cada día, la que captamos, y la que llevamos en el interior, se percibe a través de los ojos. La mirada, siempre lo he dicho, es lo que más comunica en un ser humano. En los ojos de quien nos cuenta algo, o de quien calla, encontramos mucha información: advertimos su forma de ser, si cree en lo que dice, si está cansado, si es leal, si siente lo que expresa, etc.
Suelo bromear un poco con mis alumnos cuando les recuerdo ese estribillo de una canción popular que decía algo así: “cabeza loca, cabeza loca, que lo que me dicen tus ojos, me lo desmiente tu boca”. Efectivamente, los ojos, la mirada, nos indican mucho de y sobre una persona. Por eso, cuando oralmente señalamos algo en lo que no tenemos mucha confianza se nos nota en los ojos, que no tienen la suficiente expresividad, o que tratan de esconderse, o que brindan la mirada perdida…
Cuando estudiamos la “kinesia”, el llamado lenguaje gestual, siempre hacemos hincapié en el rostro, en lo que éste puede expresar, y, en ese marco, esto es, en la faz de cada cual, lo que descuella son los ojos, que sacan a la luz (nunca mejor dicho) lo que llevamos dentro. Si uno es tímido, o antipático, o alegre, se le nota, a menudo, casi siempre, en los ojos, en lo que éstos son capaces de transmitir.
Por eso en esta etapa nuestra de tantas premuras, de tantas llamadas de teléfono, o de comunicaciones por Internet, hemos renunciado, en exceso, a lo que supone el mirarnos cara a cara y que alguien nos cuente sus impresiones o nos venda algo, o nos consulte sus dudas, lo que fuere… Esta cercanía, también a través de los ojos, es fundamental para el tipo de relaciones que antes se daban y que ahora conviene recuperar, o, cuando menos, refrescar. La intensidad de los ojos no es superada por la voz (puede que en contadas ocasiones sí lo haga, pero en contadas), y, por ende, hemos de demandar su contemplación cada vez que se pueda.
Defendamos la visualización cara a cara, que es la primera, dice la canción, y así podremos decirnos cuáles son nuestros sentimientos e idearios. Seguro que nos demostraremos más cosas de lo que en principio podamos pensar. En la vida tenemos muchos hábitos, unos mejores y otros peores. El de la comunicación presencial, aunque sea para contarnos cosas triviales, es fundamental para recuperar algunas esencias que nos insuflan paz y sosiego en un mundo demasiado golpeado por la prisa para resolver coyunturas que, en demasiadas ocasiones, quedan para mañana. Miremos por favor. Hallaremos más de lo que se advierte con los típicos tópicos. No olvidemos que saber de los demás es conocernos también a nosotros mismos.
Juan Tomás Frutos.
Suelo bromear un poco con mis alumnos cuando les recuerdo ese estribillo de una canción popular que decía algo así: “cabeza loca, cabeza loca, que lo que me dicen tus ojos, me lo desmiente tu boca”. Efectivamente, los ojos, la mirada, nos indican mucho de y sobre una persona. Por eso, cuando oralmente señalamos algo en lo que no tenemos mucha confianza se nos nota en los ojos, que no tienen la suficiente expresividad, o que tratan de esconderse, o que brindan la mirada perdida…
Cuando estudiamos la “kinesia”, el llamado lenguaje gestual, siempre hacemos hincapié en el rostro, en lo que éste puede expresar, y, en ese marco, esto es, en la faz de cada cual, lo que descuella son los ojos, que sacan a la luz (nunca mejor dicho) lo que llevamos dentro. Si uno es tímido, o antipático, o alegre, se le nota, a menudo, casi siempre, en los ojos, en lo que éstos son capaces de transmitir.
Por eso en esta etapa nuestra de tantas premuras, de tantas llamadas de teléfono, o de comunicaciones por Internet, hemos renunciado, en exceso, a lo que supone el mirarnos cara a cara y que alguien nos cuente sus impresiones o nos venda algo, o nos consulte sus dudas, lo que fuere… Esta cercanía, también a través de los ojos, es fundamental para el tipo de relaciones que antes se daban y que ahora conviene recuperar, o, cuando menos, refrescar. La intensidad de los ojos no es superada por la voz (puede que en contadas ocasiones sí lo haga, pero en contadas), y, por ende, hemos de demandar su contemplación cada vez que se pueda.
Defendamos la visualización cara a cara, que es la primera, dice la canción, y así podremos decirnos cuáles son nuestros sentimientos e idearios. Seguro que nos demostraremos más cosas de lo que en principio podamos pensar. En la vida tenemos muchos hábitos, unos mejores y otros peores. El de la comunicación presencial, aunque sea para contarnos cosas triviales, es fundamental para recuperar algunas esencias que nos insuflan paz y sosiego en un mundo demasiado golpeado por la prisa para resolver coyunturas que, en demasiadas ocasiones, quedan para mañana. Miremos por favor. Hallaremos más de lo que se advierte con los típicos tópicos. No olvidemos que saber de los demás es conocernos también a nosotros mismos.
Juan Tomás Frutos.
Algunos aspectos nobles
Te ilusionas con lo que pasa, que nos envuelve con su manto de amor. Hemos secuenciado algunos aspectos nobles.
Implicados, sentidos
Nos implicamos. Hemos sentido que las cosas se vayan tan lejos, tan intencionadamente.
Te necesito mucho
Registro en mi interior, y hallo lo mejor de ti. Te doy las gracias, pues te necesito mucho.
Otra vez enamorados
Te convences a ti misma de todo lo que puedes hacer, que es mucho. Nos hemos enamorado otra vez.
Esfuerzo supremo
Recordamos lo que fuimos. Nos reímos con lo que aparece como fruto de un esfuerzo supremo.
Con un poco de entusiasmo
He de expresarte con toda la cautela del mundo mi amor, que es devoción con un poco de entusiasmo.
Nos convencemos
Te entrego todo lo que soy, ahora que soy con la verdad por delante. Nos convencemos.
Puro poder glorioso
Te especifico todo lo que debe ser una apariencia con resortes de puro poder glorioso.
Nos congratulamos
Partimos de entendimientos que hemos de fomentar una y otra vez. Nos congratulamos.
Varios anhelos
Me impaciento con esos logros que me ponen en un pedestal nuevo. Hemos contemplado varios anhelos.
Debe serlo
Sabes que te amo y todo lo que te estimo. La vida es una sonrisa con partes deseables. Debe serlo.
miércoles, 19 de agosto de 2009
El reino de la comunicación
Atentos a este relato, que seguramente a todos nos ha dejado huella en algún momento, incluso sin conocerlo. Les voy a contar una especie de leyenda, de cuento, de ecos de una tradición oral, que probablemente tenga un tanto de moraleja. Hubo una vez, tiempo ha, una comunicación que surgió del mismo origen del ser humano. Enseguida, éste se apegó a ella, como gran aliada de su vida. La comunicación le apartó de la soledad, de los desasosiegos, de las inquietudes, de la falta de interés, de los problemas provocados por los malos entendidos, y se convirtió en la esperanza para aprender, para colaborar, para fomentar la participación, para generar ilusión, cercanía y entusiasmo, para completar el círculo de la vida, y ser más y mejores personas.
Fue una era de felicidad. Eso se cuenta. Nadie sabe decir cuánto duró, pero quedan huellas palpables de aquellos momentos, que, como todos los buenos, nos dicen diversas leyendas, generadas desde todos los rincones del planeta, se convirtieron en efímeros, pues el tiempo, cuando se está bien, transcurre muy deprisa.
También quedaron testimonios de las eras en las que la comunicación no fluyó como debería. Pandemias, guerras, desigualdades, conflictos, falta de esperanza, soledades terribles… fueron las consecuencias de determinados episodios, repetidos ellos, en los que la comunicación no fue la protagonista de la vida planetaria. No sé sabe muy por qué unas veces estuvo y otras no. Los rumores se sucedieron cíclicamente.
Quizá la lucha entre el bien y el mal, histórica y paralela al deambular humano, estuvo detrás, o delante, según se mire, de esas situaciones. El caso es que, durante ciertos períodos, la básica comunicación, que tanta felicidad procuró y puede regalar a la Humanidad, estuvo como perdida. Hay quien dijo que se trató más bien de un rapto, de un secuestro en toda regla. Nunca, en estas ocasiones, se pidió rescate tangible, pues la recompensa siempre supimos que estaba, de hecho, en su vuelta, en la dicha y en la paz que nos proporciona cuando tenemos la potestad de comunicarnos, cuando la ejercemos.
Puede que esto que decimos sea una leyenda, una leyenda de pasiones e incomprensiones, con resultados de todo género. Puede que quizá sea un cuento con visos de una realidad elucubrada en algunos de sus flecos. Bueno, ya se sabe que hay espejismos que son de verdad y otros que no lo son, o que no parecen serlo… Procuremos, en todo caso, que ese rapto no se vuelva a dar en ningún sitio, en ningún lugar, en ningún tiempo más. La era de la comunicación humana debe reinar, y con ella la felicidad misma. Busquemos en los corazones los registros de lo que supone la voluntad del entendimiento a través de la palabra. Mucho de lo que sucedió, de su conocimiento, de lo que hemos narrado, lo llevamos durmiendo en nuestro interior. Debemos despertarlo, y preguntarle. Lo que nos indique, en tal supuesto, seguro que nos sorprenderá, más de lo que lo hayan hecho estas palabras que acabas de leer. Adelante.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Fue una era de felicidad. Eso se cuenta. Nadie sabe decir cuánto duró, pero quedan huellas palpables de aquellos momentos, que, como todos los buenos, nos dicen diversas leyendas, generadas desde todos los rincones del planeta, se convirtieron en efímeros, pues el tiempo, cuando se está bien, transcurre muy deprisa.
También quedaron testimonios de las eras en las que la comunicación no fluyó como debería. Pandemias, guerras, desigualdades, conflictos, falta de esperanza, soledades terribles… fueron las consecuencias de determinados episodios, repetidos ellos, en los que la comunicación no fue la protagonista de la vida planetaria. No sé sabe muy por qué unas veces estuvo y otras no. Los rumores se sucedieron cíclicamente.
Quizá la lucha entre el bien y el mal, histórica y paralela al deambular humano, estuvo detrás, o delante, según se mire, de esas situaciones. El caso es que, durante ciertos períodos, la básica comunicación, que tanta felicidad procuró y puede regalar a la Humanidad, estuvo como perdida. Hay quien dijo que se trató más bien de un rapto, de un secuestro en toda regla. Nunca, en estas ocasiones, se pidió rescate tangible, pues la recompensa siempre supimos que estaba, de hecho, en su vuelta, en la dicha y en la paz que nos proporciona cuando tenemos la potestad de comunicarnos, cuando la ejercemos.
Puede que esto que decimos sea una leyenda, una leyenda de pasiones e incomprensiones, con resultados de todo género. Puede que quizá sea un cuento con visos de una realidad elucubrada en algunos de sus flecos. Bueno, ya se sabe que hay espejismos que son de verdad y otros que no lo son, o que no parecen serlo… Procuremos, en todo caso, que ese rapto no se vuelva a dar en ningún sitio, en ningún lugar, en ningún tiempo más. La era de la comunicación humana debe reinar, y con ella la felicidad misma. Busquemos en los corazones los registros de lo que supone la voluntad del entendimiento a través de la palabra. Mucho de lo que sucedió, de su conocimiento, de lo que hemos narrado, lo llevamos durmiendo en nuestro interior. Debemos despertarlo, y preguntarle. Lo que nos indique, en tal supuesto, seguro que nos sorprenderá, más de lo que lo hayan hecho estas palabras que acabas de leer. Adelante.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Convencidos de otra amistad
Te busco en otro espacio. Te diré cuando llegue la gran ocasión. Nos hemos convencido de otra amistad.
Lo que es
Te propones seguir hacia esa nada que todo será. No hemos querido estar. La vida es lo que es.
Cambiar los cálculos
Te sigo. La vida es un poco más leve de lo que pensamos. Por eso hemos de cambiar los cálculos.
Hemos querido estar
No te pongas en situaciones en las que nada es lo que parece. Hemos querido estar.
Cosechas de amor
Te diré con un nuevo ritmo. Nos hemos separado de ese camino de amor en el que tanto cosechamos.
Un nuevo sí
Nos entusiasmamos con las nuevas reglas que nos hemos regalado. Hemos supuesto un nuevo sí.
La noche que nos despierta
Me vale cuanto es. Has supuesto que eres en esa nueva noche que nos despierta.
Espera tiempos mejores
Te expones a cuestiones que te dejan sin amor. La valentía no es siempre un buen recurso. Espera tiempos mejores.
Una gran guía
Te diré dónde podemos estar en una nueva ocasión. Te pensaré. Has sido y eres una gran guía.
Cuanto somos
Añades un espacio a otro, y otro a otro, y somos en esa noria que nos comunica cuanto somos.
Muy precavidos
No te vayas lejos, que eres esa cima con la que aprendo todos los días. Nos mostramos muy precavidos.
martes, 18 de agosto de 2009
Comunicación efectiva frente a soledad real
Solemos padecer por insuficiencias que resultan estar al alcance de la mano. Somos contradictorios. Me refiero a los seres humanos. Estamos en una etapa de sobreabundancia, pero, al mismo tiempo, nos faltan dinámicas para optimizar los recursos disponibles. La soledad es el drama, el gran problema, del siglo XXI. Es una gran paradoja que, en la era de las comunicaciones por antonomasia, nos hallemos en una encrucijada crítica de incomunicación de difícil salida. Lo superficial ha ganado la partida, lo material también, y nos hemos quedado en una zona de nadie que nos desconcierta y que nos llena de perplejidad. Lo cierto es que la salida es sencilla: ante la incomunicación sólo queda la comunicación, pero nos faltan agallas, o tiempo, o estrategia, o un poco de todo.
Los medios tecnológicos, que imprimen prisas y permiten “salvar” distancias en tiempos infinitesimales, llevan consigo grandes dosis de soledad que, a menudo, se trasladan al individualismo, con lo que éste supone de frustración y de fracaso impuesto. El ser humano es persona, fundamentalmente, en sociedad, buscando superar en ella los obstáculos y los problemas que se van sucediendo.
Los medios de comunicación de masas ofrecen la ventaja de la universalidad del conocimiento, pero, para que este proceso sea eficaz y eficiente, hace falta que tomemos unas medidas cautelares y unos parámetros previos que nos permitan entender todo lo que nos llega, así como saber seleccionar lo importante de lo que no lo es.
Conviene que desde pequeños todo nuestro entorno se alíe, como dice Freire, para que logremos ser buenas personas, lo mejor que podamos, todo cuanto se pueda. Hace falta que la familia se implique, y que sepa cómo hacerlo, así como las Administraciones, el sistema educativo, los propios medios de comunicación y sus profesionales, y todo ese bagaje que hace que las modas basculen hacia un lado u otro. Hemos de poder mejorar entre todos, con todos, por todos.
Es posible que no podamos evitar que se nos mire desde los medios de comunicación como masas anónimas (hablo como ciudadano), pero sí podremos conseguir que se identifiquen los intereses y objetivos que nos son precisos de manera conjunta y teniendo en cuenta también a las minorías y los diversos valores sociales que podríamos considerar universales.
El dar con el equilibrio, largamente enunciado, sigue siendo la virtud que nos ha aportar un recorrido idóneo para el conocimiento del vecino, del próximo, del que aspira, como nosotros, a la felicidad a través de la aceptación de un contexto social en el que nos hallemos colaborando para que haya unos mínimos de calidad y para corregir desigualdades. El amar al otro y el reconocerlo, mediante la comunicación en sentido pleno, es un buen camino. Siempre lo es. Conforme lo transitamos vemos con más claridad la intensidad de este aserto. Ya se sabe que el movimiento se demuestra andando. Precisamente.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Los medios tecnológicos, que imprimen prisas y permiten “salvar” distancias en tiempos infinitesimales, llevan consigo grandes dosis de soledad que, a menudo, se trasladan al individualismo, con lo que éste supone de frustración y de fracaso impuesto. El ser humano es persona, fundamentalmente, en sociedad, buscando superar en ella los obstáculos y los problemas que se van sucediendo.
Los medios de comunicación de masas ofrecen la ventaja de la universalidad del conocimiento, pero, para que este proceso sea eficaz y eficiente, hace falta que tomemos unas medidas cautelares y unos parámetros previos que nos permitan entender todo lo que nos llega, así como saber seleccionar lo importante de lo que no lo es.
Conviene que desde pequeños todo nuestro entorno se alíe, como dice Freire, para que logremos ser buenas personas, lo mejor que podamos, todo cuanto se pueda. Hace falta que la familia se implique, y que sepa cómo hacerlo, así como las Administraciones, el sistema educativo, los propios medios de comunicación y sus profesionales, y todo ese bagaje que hace que las modas basculen hacia un lado u otro. Hemos de poder mejorar entre todos, con todos, por todos.
Es posible que no podamos evitar que se nos mire desde los medios de comunicación como masas anónimas (hablo como ciudadano), pero sí podremos conseguir que se identifiquen los intereses y objetivos que nos son precisos de manera conjunta y teniendo en cuenta también a las minorías y los diversos valores sociales que podríamos considerar universales.
El dar con el equilibrio, largamente enunciado, sigue siendo la virtud que nos ha aportar un recorrido idóneo para el conocimiento del vecino, del próximo, del que aspira, como nosotros, a la felicidad a través de la aceptación de un contexto social en el que nos hallemos colaborando para que haya unos mínimos de calidad y para corregir desigualdades. El amar al otro y el reconocerlo, mediante la comunicación en sentido pleno, es un buen camino. Siempre lo es. Conforme lo transitamos vemos con más claridad la intensidad de este aserto. Ya se sabe que el movimiento se demuestra andando. Precisamente.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Lo serás siempre
Eres la mejor y lo sabes. Lo eres para mí desde el primer instante en que te vi. Lo serás siempre.
La concordia nos ha de ayudar
Te diré todo lo que vale en un nuevo tramo de absolutos deseos de paz. La concordia nos ha de ayudar.
No precisamos más
Nos divertimos con poca cosas. Teniendo la felicidad que nos brinda el amor no precisamos más.
Notar lo importante
Nos hemos ensimismado esperando nuevas experiencias que nos han de hacer notar lo importante.
Cambios remotos
Rescatamos ese momento que es memoria en el vacío que nos lidera con cambios remotos.
Me impresionas
Nos hemos puesto en ese nuevo trance que nos pone en ese otro lado que nos previene con regustos extraños. Me impresionas.
Reparar algunas heridas
Superaremos los trances más o menos deseables. Nos pondremos manos a la obra. La vida nos ha de reparar algunas heridas.
Un nuevo espacio
Nos hemos dedicado a vivir en el convencimiento en un nuevo espacio que deberemos compartir.
No en otra nave
Tratamos de contarnos lo que sentimos, pero nos faltan fuerzas. No seremos en otra nave.
La otra cara
Me quedo sin riesgo, sin deseos que pueda compartir en la otra cara de la moneda desierta.
Te regalo mi ser
Te diré que estoy dispuesto a amarte en cuatro vidas y media, si las tuviera a mi alcance. Te regalo mi ser, de momento.
Volver al invierno
Me empecino en llegar a tu corazón, cuando tú ya me has demostrado que no me amas. Debo volver a mis cuarteles de invierno.
En otra dimensión
El destino nos hace vivir otra realidad, que supondrá un amor sin descanso. Nos hemos enamorado de las caricias no saboreadas. Estamos en otra dimensión.
Fortaleza compartida
Te intuyo la mejor, porque lo eres en mi vida. Has demostrado tu fortaleza, que hago mía.
lunes, 17 de agosto de 2009
El atrevimiento de la comunicación
La defensa de ciertos valores y estados de ánimo es básica para convivir con nosotros mismos. El análisis periódico de lo que hacemos nos permite reconocer lo que hemos pensado que somos o que deberíamos ser. La ventaja de los años es que ves las cosas de otro modo. Pasa el tiempo, y, con ese transcurrir que nos imprime carácter, advertimos que las señales de la vida son sensaciones que hemos de saber interpretar con sus gozos y sus sombras, con sus intenciones y preferencias, con sus vestigios y sus realidades más o menos consumadas. Es una ventaja a medias, pues lo pasado, amigos y amigas, pasado está, y eso sí que no tiene remedio. Es una cuestión de perspectiva, y de ser positivo.
Prosiguen los estadios, los ciclos, los anhelos. Nos debemos dar ciertos emblemas, algunos protocolos de actuación y de actividad con sus reglas más o menos intuitivas y objetivas. Pensamos que somos capaces de entregarnos cuando acertamos con las cautelas y con los atrevimientos en un equilibrio sorprendente. Nos introducimos, sin saberlo casi, en una espiral con versiones complejas. A veces todo va bien.
Y con este panorama interno y externo que es cosecha de varias décadas, te cuento que eres mi amor, aunque no me llegue a mí, que eres una estrella de luces infinitas, que te has convertido en un camino que me guía en instantes no reconocibles. He aprendido contigo en esta especie de “continuum” que nos emplaza a sentir de otro modo, y es ahí donde me gustaría contarte que el mundo cambia para mejor, que los avances nos perpetúan en y con solidaridades victoriosas, que la apatía no triunfa, que el cariño lo puede todo, que no hay desigualdades…
En otro orden de cosas, me colmaría de placer conocer el fin del hambre y de las guerras, y me otorgaría un júbilo extraordinario considerar que hay vacunas para todos los niños, y para los adultos… Si fuéramos capaces de hablar, de convencernos mediante el diálogo, de considerar al prójimo como a nosotros mismos, seguramente la felicidad brotaría cual manantial tras una lluvia clara y limpiadora de todo género de ambientes.
Me gustaría contarte, querido y querida, que estamos entregados a las grandes causas, y también a las pequeñas, para solventar las diferencias de uno y otro calado, con el fin de apuntar tan alto como podamos a las soluciones de un universo en continuación expansión y con un colorido musical. Me complacería mucho tenerte a ti, como entelequia y como realidad, como esperanza de vida en cualquier inflexión, como punto de encuentro ante cualquier controversia. Me gustaría que hubiera, que tuviéramos, un minuto, el tiempo suficiente para hablar de lo esencial y de lo accesorio, de lo que nos debe caracterizar como seres humanos. Me gustaría contarte que lo somos en sentimientos y a través de los hechos, por los cuales siempre se nos conoce. Me gustaría… Eres la referencia, y puede que algo más. Me atrevo a comunicarme.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Prosiguen los estadios, los ciclos, los anhelos. Nos debemos dar ciertos emblemas, algunos protocolos de actuación y de actividad con sus reglas más o menos intuitivas y objetivas. Pensamos que somos capaces de entregarnos cuando acertamos con las cautelas y con los atrevimientos en un equilibrio sorprendente. Nos introducimos, sin saberlo casi, en una espiral con versiones complejas. A veces todo va bien.
Y con este panorama interno y externo que es cosecha de varias décadas, te cuento que eres mi amor, aunque no me llegue a mí, que eres una estrella de luces infinitas, que te has convertido en un camino que me guía en instantes no reconocibles. He aprendido contigo en esta especie de “continuum” que nos emplaza a sentir de otro modo, y es ahí donde me gustaría contarte que el mundo cambia para mejor, que los avances nos perpetúan en y con solidaridades victoriosas, que la apatía no triunfa, que el cariño lo puede todo, que no hay desigualdades…
En otro orden de cosas, me colmaría de placer conocer el fin del hambre y de las guerras, y me otorgaría un júbilo extraordinario considerar que hay vacunas para todos los niños, y para los adultos… Si fuéramos capaces de hablar, de convencernos mediante el diálogo, de considerar al prójimo como a nosotros mismos, seguramente la felicidad brotaría cual manantial tras una lluvia clara y limpiadora de todo género de ambientes.
Me gustaría contarte, querido y querida, que estamos entregados a las grandes causas, y también a las pequeñas, para solventar las diferencias de uno y otro calado, con el fin de apuntar tan alto como podamos a las soluciones de un universo en continuación expansión y con un colorido musical. Me complacería mucho tenerte a ti, como entelequia y como realidad, como esperanza de vida en cualquier inflexión, como punto de encuentro ante cualquier controversia. Me gustaría que hubiera, que tuviéramos, un minuto, el tiempo suficiente para hablar de lo esencial y de lo accesorio, de lo que nos debe caracterizar como seres humanos. Me gustaría contarte que lo somos en sentimientos y a través de los hechos, por los cuales siempre se nos conoce. Me gustaría… Eres la referencia, y puede que algo más. Me atrevo a comunicarme.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Aspiración amorosa
Imagino que nos podremos dar de bruces con esa aspiración amorosa que nos ubicará donde sea menester.
Con una ventaja añadida
Intuyo que podremos asumir otra situación. Lo haremos con una ventaja añadida.
Acierto y pérdida
Te asombras de lo que pasa y de cómo pasa. Has acertado con las cautelas, pero también te has perdido el gran amor.
Existencia barajada
Me inclino por ti. No te pondré etiquetas. Has barajado la existencia con una nueva punta de lanza.
Emociones más reales
Nos damos ocasiones nuevas que nos conducirán hacia otras emociones más reales.
Con una gran verdad
Todo está a punto para que nos amemos más. Hemos articulado un deseo tras otro para dar con una gran verdad.
Apuesta fuerte por un amor
Nos entregamos a pasiones que nos hacen sentir de otra guisa. Hemos apostado bien fuerte por un amor de verdad.
Esencia para vivir
Nos figuramos que estamos en forma, que estamos listos, que podemos, y puede que nos falta la esencia para vivir.
Más sintonías
Me sumo a esa destreza en la que nos consumamos con resortes reglados. Hemos adecuado más sintonías.
Melodía
Me empeño en tocar esa melodía que nos hizo felices, pero lo hago ahora que no me hace tan dichoso.
Siempre lo seremos
Acecha el destino para que no veamos el final de la bruma. Nos hemos considerado buenos amigos, y siempre lo seremos.
domingo, 16 de agosto de 2009
Momentos imborrables
De vez en cuando hay que comunicar lo que portamos en el interior. Los estados de ánimo reflejan algunas cuestiones, sobre todo sus esencias. Las horas para pensar han aparecido. Era inevitable. Lo temía, pero así es la vida. Llega otro fin de semana. Hay tiempo para el ocio, para uno mismo, para pensar, para acercarnos a esencias de nuestro entorno. Surge de manera acelerada el vértigo ocasionado por tu ausencia. Materializamos la objetividad ante la esperanza atrasada. No sabemos ni cómo nos hallamos en esta soledad. Las compañías presentes, por faltar tú, son insuficientes. Las creencias se tambalean, al menos durante ese instante en el que eje nos bascula hacia lo que no tenemos. Hay demasiada inestabilidad.
Todo ha pasado muy deprisa. Los momentos del poeta se han sucedido mientras nos relacionábamos en ámbitos que nos parecían superficiales. El trabajo parece tanta condena que a menudo nos contaminamos incluso con la idea de que forma parte de la misma. Sin embargo, hay en el entorno algunos compañeros de los que aprendemos más de lo que parece. Son muchas horas juntos, muy cercanos, próximos a los entendimientos con más o menos fortuna. No hay simulaciones en la intrahistoria voluntaria, cuando observamos, porque podemos, unos flecos que de otro modo sería imposible conocer.
Hay momentos imborrables que, a fuerza de ser repetidos por la memoria, nos parece trazados con cartabón de lo perfectos que son. Sí, los vivimos, y unidos, y quizá nuestro delito, nuestro pesar también, es que no supimos valorarlos en su equilibrada medida. No tenemos en cuenta con la sabia actitud que deberíamos lo que nos es regalado en tantas ocasiones. Nos enseñan a ponderar lo complicado, la imagen, la buena imagen, los trayectos de éxito, y no vislumbramos lo que supone tener amigos de verdad que nos otorgan regalos en forma de instantes de gracia, de dicha, de sosiego.
No nos aclaramos, ni siquiera con estas ausencias, pues no aprendemos de una vez para otra. Estas oportunidades, aprovechadas o no, se reiteran cuando ganamos unos años que nunca pensamos en tener, pero que, afortunadamente, llegan. Me duele este punto de debilidad que, pese a ser generalizado, no me conforta. Ya no estás. No podemos volver, por arte de magia, a un pasado que ya no compartiremos.
Intangibles
Los recuerdos se irán difuminando, y eso me da rabia, pero las cosas son como son. Documentaré, pese a todo, lo que ha ido sucediendo, y sé que daré con esos impresionantes asombros que nos hicieron explorar caminos ignotos que creíamos desaparecidos. Surcaremos los cielos de unas sensaciones que en su día transitaron por lo más efímero del paisaje espiritual compartido. Nos regalaremos pequeñas porciones de amor que nos mantendrán en la nueva dimensión que a ti, como a mí, nos ha tocado experimentar. Perdimos el hábitat del cariño real. Ahora damos paso a la particularidad de lo virtual, con tangibles insuficientes, pero valiosos.
Ha pasado un mes sin ti: lo he pasado. Parecía imposible de acontecer, y también de superar, pero tengo fe en que prospere ese nutriente que compartimos con absoluta protección. Nos mantendremos, como si fuera natural, en un nuevo estadio. No pasaremos página. No podemos. El milagro, por fin, ya ha sucedido. Antes o después germinará. No tendremos prisa a la hora de saborearlo. Ya no habrá lugar, cuando aparezca, para las dudas. De hecho, ya no las tenemos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Todo ha pasado muy deprisa. Los momentos del poeta se han sucedido mientras nos relacionábamos en ámbitos que nos parecían superficiales. El trabajo parece tanta condena que a menudo nos contaminamos incluso con la idea de que forma parte de la misma. Sin embargo, hay en el entorno algunos compañeros de los que aprendemos más de lo que parece. Son muchas horas juntos, muy cercanos, próximos a los entendimientos con más o menos fortuna. No hay simulaciones en la intrahistoria voluntaria, cuando observamos, porque podemos, unos flecos que de otro modo sería imposible conocer.
Hay momentos imborrables que, a fuerza de ser repetidos por la memoria, nos parece trazados con cartabón de lo perfectos que son. Sí, los vivimos, y unidos, y quizá nuestro delito, nuestro pesar también, es que no supimos valorarlos en su equilibrada medida. No tenemos en cuenta con la sabia actitud que deberíamos lo que nos es regalado en tantas ocasiones. Nos enseñan a ponderar lo complicado, la imagen, la buena imagen, los trayectos de éxito, y no vislumbramos lo que supone tener amigos de verdad que nos otorgan regalos en forma de instantes de gracia, de dicha, de sosiego.
No nos aclaramos, ni siquiera con estas ausencias, pues no aprendemos de una vez para otra. Estas oportunidades, aprovechadas o no, se reiteran cuando ganamos unos años que nunca pensamos en tener, pero que, afortunadamente, llegan. Me duele este punto de debilidad que, pese a ser generalizado, no me conforta. Ya no estás. No podemos volver, por arte de magia, a un pasado que ya no compartiremos.
Intangibles
Los recuerdos se irán difuminando, y eso me da rabia, pero las cosas son como son. Documentaré, pese a todo, lo que ha ido sucediendo, y sé que daré con esos impresionantes asombros que nos hicieron explorar caminos ignotos que creíamos desaparecidos. Surcaremos los cielos de unas sensaciones que en su día transitaron por lo más efímero del paisaje espiritual compartido. Nos regalaremos pequeñas porciones de amor que nos mantendrán en la nueva dimensión que a ti, como a mí, nos ha tocado experimentar. Perdimos el hábitat del cariño real. Ahora damos paso a la particularidad de lo virtual, con tangibles insuficientes, pero valiosos.
Ha pasado un mes sin ti: lo he pasado. Parecía imposible de acontecer, y también de superar, pero tengo fe en que prospere ese nutriente que compartimos con absoluta protección. Nos mantendremos, como si fuera natural, en un nuevo estadio. No pasaremos página. No podemos. El milagro, por fin, ya ha sucedido. Antes o después germinará. No tendremos prisa a la hora de saborearlo. Ya no habrá lugar, cuando aparezca, para las dudas. De hecho, ya no las tenemos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Sin evoluciones
Celebramos un entendimiento que nos pone mano a mano en esta nueva victoria que hemos de compartir sin evoluciones.
Nos ganamos
Demostramos el buen momento en el que nos hallamos. Nos conseguimos con términos que nos inician en otra realidad. Nos ganamos.
Con otras suposiciones
Te he consentido tanto que ahora no sé de qué o de quién estoy enamorado. Escribiré con otras suposiciones.
Otro plato maravilloso
Nos arreglamos con lo poco que nos llega. Las circunstancias mandan. Hemos servido otro plato maravilloso.
Alturas fungibles
Nos cuesta decirnos lo que pensamos. Tenemos miedo a fracasar en la nueva relación. Nos damos alturas fungibles.
Actuamos como somos
Hemos buscado en un nuevo punto de madurez que nos caracteriza para estar juntos. Actuamos como somos.
Sin apariencias
Me piden sentir que las cosas sean de otra guisa. Te has mostrado con una voluntad nueva. Nos esculpimos sin apariencias.
Simplicidad
Nos invitamos a vivir en lo sencillo, sin demandar más de lo que podemos, sin tener lo que no necesitamos. La simplicidad ha de ser la tónica.
Materias propias
Te recuerdo todo lo que eres para mí. Nos hemos sincerado con resortes posibilitados. Nos sugerimos entre materias nuestras, propias, falibles.
Sinceras pláticas
Platicamos con celebraciones que nos inician en un nuevo campo que nos abona con sinceras pláticas.
Sin afanes distorsionados
Firmamos las causas sin consecuencias, y tratamos de entender con resortes en condiciones. Nos ubicamos sin afanes distorsionados.
Ser pacientes
Simplificamos las experiencias con una tonalidad más querida. Nos hemos enseñado a ser pacientes.
En lo justo
Planteamos estar en ese tono que nos alumbra con paciencias sinceras. Estaremos en lo justo.
La felicidad que soñamos
Vivimos de consejos que nos amansan cuando hablamos de amor. No llegaremos a ese grado de felicidad que soñamos.
sábado, 15 de agosto de 2009
El trayecto vital de otro tiempo
Contemplemos un nuevo “lapsus” de tiempo. Seguro que hallaremos, pese a todo, un tinte de original reiteración. Se repite el ciclo vital. Mejor así, en cierto modo. El tiempo transcurre muy deprisa. Llega otro fin de semana, que se carga de experiencias comunicativas, si puede ser, si queremos. Nos entregamos, de nuevo, a las pasiones espirituales, que no excluyen las físicas, para conocer y conocernos. Las excelencias del destino se palpan a menudo con gusto. Es de algún modo. Vemos, igualmente, las impaciencias que nos alegran el corazón hasta decir basta. Nos damos un poco de tregua, pues necesitamos descanso, pero también debemos convencernos de otras posibilidades, de historias no escritas, que podemos rubricar a la primera de cambio. Tenemos devoción para ello, más de la que precisamos ahora.
Surge esa trama no escrita, sin arquitectura, que vamos desgranando como podemos. Ésa es la experiencia de la vida. Aprendemos mucho desde ese proceso, que hemos de advertir con divertimento, entrega y sosiego. Poco a poco hacemos la narración de un destino que nos surge de la nada, o eso parece, pero que, con seguridad, estaba grabado en alguna parte.
Pronunciamos a continuación los discursos de una rueda que no mueve molino. No sabemos nada, o no sabemos mucho. Nos llenamos de una cierta apatía que hemos de superar pronto, pues el tiempo pasa deprisa, y más en estos días de asueto. Nos congratulamos con nuestras mentes, y seguimos con más expectativas, aunque no sean tan altas como pensamos en su momento.
Las palabras brotan del vacío y adquieren tintes de esperanza y de fiabilidad en ese futuro inmediato que se gestará en un santiamén. Hemos arañado un poco de sentimientos de esa cultura de penitencias supuestas. Nos labramos otro destino, o eso pensamos. Quizá el cambio esté cerca, aunque nunca se produce una mudanza radical, y, cuando acontece, es para regresar al principio. Prefiero pequeños movimientos, sinceras conexiones con la realidad circundante.
Y conforme pasan las horas, antes los minutos y segundos, damos con esos deseos sin pozo que se expanden desde la convención más tierna. Nos hemos aplicado a resoluciones que nos impulsan hacia la creencia que es antesala de los logros. Lo importante es no perdernos. Hemos de averiguar quiénes somos y hacia dónde anhelamos ir. Para eso es bueno el fin de semana, que nos atrapa con sus elucubraciones varias, con sus ensoñaciones de altar de la infancia, donde pusimos a buen recaudo, y mejor abrigo, ciertas ilusiones aún inmaculadas. Es momento de cambio, de oportunidades, que hoy sí vamos a aprovechar. Y mañana… Toca acudir a la voluntad y no llorar por cosechas perdidas. Nos enfrentamos al trayecto vital de otro tiempo, aunque parezca el mismo.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Surge esa trama no escrita, sin arquitectura, que vamos desgranando como podemos. Ésa es la experiencia de la vida. Aprendemos mucho desde ese proceso, que hemos de advertir con divertimento, entrega y sosiego. Poco a poco hacemos la narración de un destino que nos surge de la nada, o eso parece, pero que, con seguridad, estaba grabado en alguna parte.
Pronunciamos a continuación los discursos de una rueda que no mueve molino. No sabemos nada, o no sabemos mucho. Nos llenamos de una cierta apatía que hemos de superar pronto, pues el tiempo pasa deprisa, y más en estos días de asueto. Nos congratulamos con nuestras mentes, y seguimos con más expectativas, aunque no sean tan altas como pensamos en su momento.
Las palabras brotan del vacío y adquieren tintes de esperanza y de fiabilidad en ese futuro inmediato que se gestará en un santiamén. Hemos arañado un poco de sentimientos de esa cultura de penitencias supuestas. Nos labramos otro destino, o eso pensamos. Quizá el cambio esté cerca, aunque nunca se produce una mudanza radical, y, cuando acontece, es para regresar al principio. Prefiero pequeños movimientos, sinceras conexiones con la realidad circundante.
Y conforme pasan las horas, antes los minutos y segundos, damos con esos deseos sin pozo que se expanden desde la convención más tierna. Nos hemos aplicado a resoluciones que nos impulsan hacia la creencia que es antesala de los logros. Lo importante es no perdernos. Hemos de averiguar quiénes somos y hacia dónde anhelamos ir. Para eso es bueno el fin de semana, que nos atrapa con sus elucubraciones varias, con sus ensoñaciones de altar de la infancia, donde pusimos a buen recaudo, y mejor abrigo, ciertas ilusiones aún inmaculadas. Es momento de cambio, de oportunidades, que hoy sí vamos a aprovechar. Y mañana… Toca acudir a la voluntad y no llorar por cosechas perdidas. Nos enfrentamos al trayecto vital de otro tiempo, aunque parezca el mismo.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Portados en el aire
Determinamos qué hacer, y lo hacemos con la imagen de otra memoria, de otro sentimiento, de otro anhelo, que portamos en el aire.
Menos apatía
Me tomaré ese momento que es escena en la noria que tanto nos divierte. Hemos buscado un poco de menos apatía.
Domesticados
Me congratulo con ese universo que tiene espinas donde nada es lo que parece. Nos domesticamos en todo, lo cual es excesivo.
Ahora y siempre
Nos damos con ese asombro que es preferencia en otros casos de vacíos sinceros. Te extraño ahora y siempre.
Mientras nos comunicamos
Busco la empatía de los momentos que han de saber a franca sorpresa amorosa. Nos convencemos mientras nos comunicamos.
Lento atardecer
Te he dicho que te espero. No sembraremos espacios callados. Nos asombraremos en el lento atardecer de las experiencias nuevas.
Lo que pensamos
Hemos esculpido la razón con un tesoro. Los sentimientos nos conducen por senderos que destacan lo que pensamos en su momento, y que dejamos ir.
Son o no son
Te extraño. Acabas de irte, y ya es así. Has convencido a mi corazón de otros sentimientos que no son, o que sí. Ya te diré.
Vericuetos raros
Temblamos mientras vemos la efervescencia de la memoria, que nos conduce por vericuetos raros.
Porque sí
Te cuento que estoy y por qué estoy. Me sorprendo a mí mismo con ese gesto de cariño que te regalo porque sí.
Ya no será
Acudimos a sortear algunas sorpresas que nos dictarán algunas resoluciones queridas. Nos hemos callado mucho tiempo. Ya no será.
Más y mejor
Nos sumamos a esta nueva era en la que los dos nos animaremos a ser un poco más felices. Nos tendremos más y mejor.
Pasado convencido
Hoy me visto de tus sentimientos. Créeme cuando te digo que te amo. Hemos convencido al pasado.
viernes, 14 de agosto de 2009
Prisas y competencias que incomunican
Nada se ha conseguido en sociedad sin que medie la comunicación. Lo sabemos por experiencia. Ahí está la historia con todas sus controversias para dar cuenta de ello. El ser humano es contradictorio y complejo por naturaleza, y a menudo lo es en cuestiones básicas. No debería ser así. Lo lógico es que aprendiéramos de nuestros errores. La era de la comunicación tropieza con demasiada soledad. Hay una contradicción en sí cuando aseveramos este planteamiento que, por desgracia, es verdad. Asumimos los papeles que nos tocan con prisas y competencias que desdibujan las caras que quisimos tener de pequeños. Conformamos otros árboles, otras ramas, un exceso de objetivos e intereses en los que no nos reconocemos. Lástima.
La valentía se presenta en forma de premuras que rompen los diseños con los que soñamos y que no cumplimos ni cumplimentamos por falta de entrega y de tiempo, que siempre se diluye, porque nos hemos empeñado en ello.
Comunicar implica muchos procesos y elementos dentro del procedimiento global. Debe haber mensajes estipulados o no, con códigos más o menos comprensibles, debe haber voluntades en los emisores y en los receptores, debe haber movimientos de ida y de vuelta, con efectos, consecuencias, planteamientos previos y resultados, con gestos, con proxémica, con una metalingüística, con unos resortes que nos conduzcan por vericuetos llenos de sensaciones más o menos objetivas. Ha de darse mucho dinamismo. Se trata de un proceso exultante.
También debe haber amor. Decía San Agustín, y más tarde Santo Tomás de Aquino, que con la estimación basta para que el mundo y sus condiciones se alíen con nosotros. No sé si es así, pero lo cierto es que es un magnífico punto de partida. El cariño rompe muchas barreras y no deja fronteras pues fomenta la cercanía, que es sinónimo de comunicación.
Las ciudades se llenan de gentes, de personas que no se miran (sin mirada no hay comunicación, no hay entendimiento). Y se colmatan de ruido, de obstáculos en el flujo comunicativo: las prisas, los intereses creados, las distancias cada vez mayores, los ahogos económicos, el querer ganar siempre, las carreras por la nada, el deseo de llegar antes al océano de las dudas, que aún nos generan más lejanías… Es todo un bagaje estremecedor.
El proceso de crecimiento vital de la persona se basa en la comunicación. Hay un momento en que olvidamos esto, que es como olvidarnos de nosotros mismos, de nuestras esencias, de cuanto somos. Pensar es fruto del intercambio de ideas, de pensamientos, de consideraciones. La meditación y la comunicación se consiguen dándonos a conocer y tratando de conocer al otro desde el respeto y la altura de miras. Como todo en la existencia humana, esto que decimos se consigue con práctica, con mucha práctica, con mucho tesón. Es cuestión de animarse. Seguro que seremos más felices como punto de partida. Vamos a intentarlo, poco a poco, sin prisa, claro.
Juan TOMÁS FRUTOS.
La valentía se presenta en forma de premuras que rompen los diseños con los que soñamos y que no cumplimos ni cumplimentamos por falta de entrega y de tiempo, que siempre se diluye, porque nos hemos empeñado en ello.
Comunicar implica muchos procesos y elementos dentro del procedimiento global. Debe haber mensajes estipulados o no, con códigos más o menos comprensibles, debe haber voluntades en los emisores y en los receptores, debe haber movimientos de ida y de vuelta, con efectos, consecuencias, planteamientos previos y resultados, con gestos, con proxémica, con una metalingüística, con unos resortes que nos conduzcan por vericuetos llenos de sensaciones más o menos objetivas. Ha de darse mucho dinamismo. Se trata de un proceso exultante.
También debe haber amor. Decía San Agustín, y más tarde Santo Tomás de Aquino, que con la estimación basta para que el mundo y sus condiciones se alíen con nosotros. No sé si es así, pero lo cierto es que es un magnífico punto de partida. El cariño rompe muchas barreras y no deja fronteras pues fomenta la cercanía, que es sinónimo de comunicación.
Las ciudades se llenan de gentes, de personas que no se miran (sin mirada no hay comunicación, no hay entendimiento). Y se colmatan de ruido, de obstáculos en el flujo comunicativo: las prisas, los intereses creados, las distancias cada vez mayores, los ahogos económicos, el querer ganar siempre, las carreras por la nada, el deseo de llegar antes al océano de las dudas, que aún nos generan más lejanías… Es todo un bagaje estremecedor.
El proceso de crecimiento vital de la persona se basa en la comunicación. Hay un momento en que olvidamos esto, que es como olvidarnos de nosotros mismos, de nuestras esencias, de cuanto somos. Pensar es fruto del intercambio de ideas, de pensamientos, de consideraciones. La meditación y la comunicación se consiguen dándonos a conocer y tratando de conocer al otro desde el respeto y la altura de miras. Como todo en la existencia humana, esto que decimos se consigue con práctica, con mucha práctica, con mucho tesón. Es cuestión de animarse. Seguro que seremos más felices como punto de partida. Vamos a intentarlo, poco a poco, sin prisa, claro.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Querencia extraña
Nos planteamos qué hacer en este ahora que nos ahorra motivos con un poco de querencia extraña.
Resorte único
Descubro lo que hay en ti con una memoria que nos atrae con un resorte posible, entero, único.
Tiempo infinito
Me planteas qué podemos hacer durante un tiempo que consideramos infinito. Nos plantearemos nuevos objetivos.
El papel del amor
Nos hemos contado algunas características con unas previsiones un poco calladas. No hemos asumido el papel del amor, pero tampoco nos importa ahora que todo está perdido.
Con las circunstancias
Debemos estar más cerca. Hemos sentido que las cosas nos conforman con todas las circunstancias.
Nos consultamos experiencias
Creo en lo que supones ahora que nada es lo que parece. Nos consultamos algunas experiencias.
Amor conservado
No me digas que sí cuando piensas lo contrario. No me plantees falsas expectativas. Hemos conservado mucho amor.
Con impaciencias
Hemos servido de testigos de una etapa que nos hace vivir de otro modo. Nos hemos mostrado con impaciencias.
Nos colocamos bien
Nos recuperamos. Hemos servido de testigos en otras esferas. Nos colocamos bien. Me pego a ti.
Con ejemplos
Buscamos en esos corazones que tanto y tan bien nos ayudaron. Hemos practicado con ejemplos.
Más allá
Nos aclaramos los sentimientos en unos días de paciencias infinitas. Iremos un poco más allá.
Procesos asegurados
Participamos de algunos ideales con un gusto que es extremo. Hemos asegurado algunos procesos.
Cuanto es
Aseguramos el proceso con un poco de amor. Nos hemos dicho que vale, todo lo que vale, cuanto es.
Nos tenemos
Nos sumamos a entendimientos que nos ensalzan la moral con un poco de querencia. Nos tenemos.
Más que lo estaré
Sabes que pienso en ti desde hace mucho tiempo. He estado pendiente de tus cosas, y más que lo estaré.
jueves, 13 de agosto de 2009
Conflictos como modelos
Hay que llevar cuidado con los exponentes que vendemos cada día. A veces incluso lo hacemos de manera inconsciente. Las condiciones del ser humano son muchas, variables, repetidas y mensurables. Cada etapa histórica tiene las suyas, que se muestran de manera preponderante respecto de otras. Unos condicionantes y otros van surgiendo en función del momento, y conviene que, de vez en cuando, reflexionemos sobre lo que acontece, en la seguridad de que obtendremos interesantes conclusiones. La vida es un conjunto de ciclos en los que hemos de mantener una media aceptable. No quiere eso decir que no podamos equivocarnos. Claro que podemos. De los errores se aprende y mucho. Tampoco queremos decir que vivamos exclusivamente de los éxitos y de viejas glorias, si alguna vez las cosechamos. Hay que buscar, en todo caso, ese ritmo tranquilo y sosegado, que a menudo puede estar salpicado de prisas y de aceleraciones. Somos humanos, y hemos de demostrarlo. Mucho consuelo nos puede otorgar, e indefectiblemente nos proporcionará nuevas perspectivas.
Lo que, sin duda, no es defendible es que nos mantengamos en una frontera de excesos, de estridencias permanentes, de controversias complicadas que pueden hacer, y, de hecho, hacen de las existencias cotidianas unos cursos tristes, demagógicos y rotos por estampas colmadas de frustraciones y de melancolías. No hay más que mirar al interior de muchas personas y contemplar, por desgracia, lo que señalamos.
Oteemos un poco los medios de comunicación, y observaremos, en ese espejo, “el Callejón del Gato” de Valle Inclán. Duele ver tanta habladuría, tanto enfrentamiento, tantas palabras de dolor, sufrimiento y pena, tanta distancia en el plano corto, tan pocas miradas de consenso y de complaciente entendimiento… Las hay, evidentemente, pero no las mostramos. Conviene que lo hagamos, como conviene que nos digamos que nos queremos, porque estoy convencido de que es así, de que hay más amor en el mundo que odio. No dejemos para otros días venideros las panorámicas de cariño y de entrega sincera que tanto placer nos pueden regalar.
Cuando nos dedicamos a dar cuenta de tantos abusos cometemos, puede que sin caer en la cuenta de ello, esa distorsión y ocasionamos esa fractura que puede consistir en que una parte, en este caso negativa, parezca el todo de la sociedad, cuando no es de esta guisa. Los excesos, cuando son las reiteradas señas de identidad de un momento social, no son buenos. Que los difundamos tanto como ejemplos o modelos, aunque no lo hagamos con esa intención, no es una opción óptima, no lo puede ser, pues recordemos que los mejores períodos históricos son los que han publicitado las excelencias de sus artistas y de sus adelantados en los más diversos ámbitos, ya fueran el científico, el filosófico, el musical, etc.
Cuando las garras de algunos sucesos laceran nuestros intelectos y endurecen algunas almas, deberíamos preguntarnos por el coste que ello tiene. Seguro que, como decía el poeta, alguien tendrá que pagar por la pérdida de tanta inocencia. Todos y todas. Es bueno que hablemos, que nos comuniquemos. Siempre. Cuidado con los modelos que triunfan o que hacemos triunfar.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Lo que, sin duda, no es defendible es que nos mantengamos en una frontera de excesos, de estridencias permanentes, de controversias complicadas que pueden hacer, y, de hecho, hacen de las existencias cotidianas unos cursos tristes, demagógicos y rotos por estampas colmadas de frustraciones y de melancolías. No hay más que mirar al interior de muchas personas y contemplar, por desgracia, lo que señalamos.
Oteemos un poco los medios de comunicación, y observaremos, en ese espejo, “el Callejón del Gato” de Valle Inclán. Duele ver tanta habladuría, tanto enfrentamiento, tantas palabras de dolor, sufrimiento y pena, tanta distancia en el plano corto, tan pocas miradas de consenso y de complaciente entendimiento… Las hay, evidentemente, pero no las mostramos. Conviene que lo hagamos, como conviene que nos digamos que nos queremos, porque estoy convencido de que es así, de que hay más amor en el mundo que odio. No dejemos para otros días venideros las panorámicas de cariño y de entrega sincera que tanto placer nos pueden regalar.
Cuando nos dedicamos a dar cuenta de tantos abusos cometemos, puede que sin caer en la cuenta de ello, esa distorsión y ocasionamos esa fractura que puede consistir en que una parte, en este caso negativa, parezca el todo de la sociedad, cuando no es de esta guisa. Los excesos, cuando son las reiteradas señas de identidad de un momento social, no son buenos. Que los difundamos tanto como ejemplos o modelos, aunque no lo hagamos con esa intención, no es una opción óptima, no lo puede ser, pues recordemos que los mejores períodos históricos son los que han publicitado las excelencias de sus artistas y de sus adelantados en los más diversos ámbitos, ya fueran el científico, el filosófico, el musical, etc.
Cuando las garras de algunos sucesos laceran nuestros intelectos y endurecen algunas almas, deberíamos preguntarnos por el coste que ello tiene. Seguro que, como decía el poeta, alguien tendrá que pagar por la pérdida de tanta inocencia. Todos y todas. Es bueno que hablemos, que nos comuniquemos. Siempre. Cuidado con los modelos que triunfan o que hacemos triunfar.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Amor que emerge
Adecuamos el discurso a ese amor que emerge como un iceberg en busca de una nueva victoria.
Nos sentimos únicos
Creemos en la amistad como parte de un proceso que ha de crecer más y más. Nos sentimos únicos.
Nos recordaremos siempre
Decimos. Hemos indicado que nos amamos con tiempos nuevos. Nos agasajamos. Nos recordaremos siempre.
Como la levadura
Ponme deberes, que los quiero hacer. Hemos sido testigos de un amor que ha de crecer como la levadura.
Que no es poco
No te pongas brava. No merece la pena. Hemos servido de testigos para una nueva era. Nos amamos, que no es poco.
Vamos a amortizarlo
Nos animamos a vivir en la noche que se presenta sin tregua. Hemos dedicado mucho tiempo a contarnos quiénes somos. Vamos a amortizarlo.
Auténticos adelantados
Nos animamos a contarnos algunas cosas en las que hemos sido auténticos adelantados.
Más pasiones
Miramos hacia ese lado en el que el todo nos inunda con más pasiones de las que podemos referir.
miércoles, 12 de agosto de 2009
Consentidos
Te he dicho que te soy, y te soy por pleno derecho. Nos hemos consentido con muchos besos.
Preguntas y más preguntas, esencia de la Prensa
Digamos como elemento primario que ya nos decían de pequeños que, para saber, hay que preguntar. Es un fundamento del ser humano. Éste pregunta para progresar, para saber, para ir avanzando. En el frontispicio de la actividad periodística hay una serie de reglas que entroncan con los primeros momentos de este oficio, que conviene repetir que se debe a la sociedad al completo. Entre esas bases está el que la Prensa pregunta y critica lo que no le parece bien. La práctica, que empieza a repetirse con una cierta frecuencia, de no dejar que la Prensa, que los periodistas, que los representantes de los medios y de la sociedad, pregunten en las ruedas y convocatorias, es un vicio detestable que conviene rechazar por muchos motivos y con, entre otras, las siguientes consideraciones:
-En la esencia del Periodismo está el preguntar, el discernir lo que es importante de lo que no lo es, lo que es interesante y principal de lo que no lo es, lo que es relevante de lo que pueda ser accesorio. La decisión sobre cómo es o debe ser una noticia es del periodista y no de las fuentes.
-Recordemos que el Periodismo es un derecho constitucional reconocido en el Título I de la Carta Magna de 1978 y que hay que garantizar, en todo momento, su libre ejercicio y sus buenas condiciones de desarrollo.
-Pensemos que cuando alguien no quiere contestar a un periodista, esto es, cuando desea guardar silencio, hay un motivo, que a menudo no es defendible. Algo esconde con esa actitud. Todos tenemos derecho a saber lo que ocurre y en qué condiciones y circunstancias. Una manera de conocer lo que sucede, un instrumento básico, es el periodista, que ha de ser respetado.
-Frente a los vicios de no responder sólo quedan las buenas prácticas, esto es, preguntar y preguntar.
-El preguntar permite obtener matices, más elementos de juicio, vislumbrar los estados de ánimo, conocer a la persona y si nos dice lo que piensa verdaderamente. Hay un metalenguaje que se conoce mejor a través del tradicional y, por otro lado, normal sistema de preguntas y respuestas.
-El que no quiere preguntas demuestra una nítida falta de valentía y el no querer afrontar cuestiones o verdades incómodas. Recordemos que el derecho a informar no tiene nada que ver con el artificio de laboratorio que pretenden algunos responsables y representantes públicos y privados. El derecho a conocer es dinámico, con múltiples direcciones, y no sólo en una. Hay que preguntar, hay que poder preguntar.
-Conviene que digamos, cada vez que informemos, si no se nos ha permitido hacer preguntas, para que el ciudadano/a pueda valorar mejor lo que le contamos.
-Cuando se hacen declaraciones institucionales se hace publicidad y/o propaganda, y no exactamente información.
-Al tiempo que el periodista debe comunicar lo que conoce, ha de tener la opción de saber lo que ocurre mediante el cuestionamiento de lo que se le narra. El periodista no es un mero “figurante que traslada” datos. Debe poder interpretarlos y analizarlos, y para ello ha de poder preguntar.
-Debemos protestar en los casos en que se impidan las preguntas. No cabe la pasividad ni la falta de movilización por parte del colectivo de periodistas, y mucho menos por parte de sus empresas.
Por todo ello, es necesario que levantemos la voz ante este tipo de situaciones y que arrojemos luz sobre lo que sucede. La profesión requiere, en estos y en otros supuestos, que no permanezcamos impasibles. Hace falta un rearme moral ante esta clase de actuaciones. Y ante otras. Es momento de ir practicando la comunicación incluso sobre nuestros propios asuntos. No practiquemos aquello de “en casa del herrero cuchillo de palo”.
Juan TOMÁS FRUTOS.
-En la esencia del Periodismo está el preguntar, el discernir lo que es importante de lo que no lo es, lo que es interesante y principal de lo que no lo es, lo que es relevante de lo que pueda ser accesorio. La decisión sobre cómo es o debe ser una noticia es del periodista y no de las fuentes.
-Recordemos que el Periodismo es un derecho constitucional reconocido en el Título I de la Carta Magna de 1978 y que hay que garantizar, en todo momento, su libre ejercicio y sus buenas condiciones de desarrollo.
-Pensemos que cuando alguien no quiere contestar a un periodista, esto es, cuando desea guardar silencio, hay un motivo, que a menudo no es defendible. Algo esconde con esa actitud. Todos tenemos derecho a saber lo que ocurre y en qué condiciones y circunstancias. Una manera de conocer lo que sucede, un instrumento básico, es el periodista, que ha de ser respetado.
-Frente a los vicios de no responder sólo quedan las buenas prácticas, esto es, preguntar y preguntar.
-El preguntar permite obtener matices, más elementos de juicio, vislumbrar los estados de ánimo, conocer a la persona y si nos dice lo que piensa verdaderamente. Hay un metalenguaje que se conoce mejor a través del tradicional y, por otro lado, normal sistema de preguntas y respuestas.
-El que no quiere preguntas demuestra una nítida falta de valentía y el no querer afrontar cuestiones o verdades incómodas. Recordemos que el derecho a informar no tiene nada que ver con el artificio de laboratorio que pretenden algunos responsables y representantes públicos y privados. El derecho a conocer es dinámico, con múltiples direcciones, y no sólo en una. Hay que preguntar, hay que poder preguntar.
-Conviene que digamos, cada vez que informemos, si no se nos ha permitido hacer preguntas, para que el ciudadano/a pueda valorar mejor lo que le contamos.
-Cuando se hacen declaraciones institucionales se hace publicidad y/o propaganda, y no exactamente información.
-Al tiempo que el periodista debe comunicar lo que conoce, ha de tener la opción de saber lo que ocurre mediante el cuestionamiento de lo que se le narra. El periodista no es un mero “figurante que traslada” datos. Debe poder interpretarlos y analizarlos, y para ello ha de poder preguntar.
-Debemos protestar en los casos en que se impidan las preguntas. No cabe la pasividad ni la falta de movilización por parte del colectivo de periodistas, y mucho menos por parte de sus empresas.
Por todo ello, es necesario que levantemos la voz ante este tipo de situaciones y que arrojemos luz sobre lo que sucede. La profesión requiere, en estos y en otros supuestos, que no permanezcamos impasibles. Hace falta un rearme moral ante esta clase de actuaciones. Y ante otras. Es momento de ir practicando la comunicación incluso sobre nuestros propios asuntos. No practiquemos aquello de “en casa del herrero cuchillo de palo”.
Juan TOMÁS FRUTOS.
No te insistiré
Me has ocultado tus deseos, que es tanto como esconderte de ti misma. No te insistiré.
Con hechos
Me dejas de lado. Tienes motivos. La vida te ha enseñado demasiadas garras. Te diré con hechos lo que siento.
La estela menos consecuente
Me reservas unos cuantos temores que me proponen seguir hacia la estela menos consecuente.
Un poco menos
Me imprimes fuerza. Has dicho que sí, y seguramente será de este modo. Espero un poco menos.
Una paz desconocida
Me vuelco en tus claros anhelos, que me hacen sosegarme con una paz desconocida.
Evidencias negadas
Me has olvidado. Lo sé. No hace falta que niegues las evidencias, que me alejan de ti.
Me esfuerzo para que me entiendas
Te he contado que te amo, y es verdad. Me esfuerzo para que entiendas que el cariño está por encima de todo.
Unas pocas sensaciones
Tenemos que contarnos un poco más. Hemos sido. Negamos la noche con unas pocas sensaciones.
Mucho deseo
Iremos a donde haga siempre que hablemos de amor. Nos rezagamos, pero llegamos. Hay mucho deseo.
martes, 11 de agosto de 2009
Por la excelencia periodística
Refresquemos la memoria. Veamos algunos puntos cruciales. No descubrimos nada nuevo. Es un oficio más que consolidado, pero con problemas acuciantes, duros ellos. La profesión periodística atraviesa, como le ocurre a otras, por una crisis que se presenta mediante las más diversas caras: la social, la ética, la formativa, la de su propia identidad… No es un buen momento para afrontar todos los deberes que hemos ido dejando en el pasado más o menos reciente, pero lo cierto es que no debemos permitirnos que pase más tiempo sin que nos enfrentemos a lo que está sucediendo con medidas tan claras como contundentes.
El sector peca de falta de corporativismo, de carencia de una movilización ante los asuntos profundos que, con el paso de los años, se han convertido en problemas más o menos graves: hablamos del intrusismo, de los bajos salarios, de la precariedad laboral, de la falta de elementos para poder trabajar con unos mínimos de calidad, etc. Por muchos motivos, la profesión se ha ido alejando de esos niveles de excelencia a los que pudimos llegar debido a diferentes presupuestos durante la década de los 80.
Es cierto que la nuestra es una profesión liberal para la cual no se exige titulación ni siquiera en los medios públicos, aunque en estos últimos sea una práctica generalizada el contratar a egresados en Comunicación, en Periodismo o en áreas cercanas. Es evidente también que no contamos con un Estatuto específico, a pesar de los numerosos intentos llevados a cabo (ahora estamos afrontando otro), que nos lleve a establecer derechos y deberes en el desarrollo de este oficio. Es, igualmente, verdad que los códigos de buenas prácticas, o códigos éticos o deontológicos, como se les quiera llamar, no siempre son conocidos, y, en pocas ocasiones, se tienen en cuenta a rajatabla, sobre todo en determinados formatos y espacios audiovisuales.
Es la nuestra una suerte de profesión anárquica, que, pese a todo ello, desempeña con holgura, el papel constitucional que tiene conferido. No obstante, hay todo un territorio perdido, o vencido en parte por algunas rutinas o desidias, que conviene recuperar para bien de la profesión, y, fundamentalmente, para mejoría de las ofertas dirigidas a la ciudadanía, a la que nos debemos en primer y último término.
Generar una conciencia crítica es más que una necesidad: es ya un tren que no podemos perder, o, de lo contrario, nos quedaremos sin esa fiabilidad que es tan precisa para que seamos auténticos referentes sociales. Conviene que, como el resto de poderes de una Democracia, el de la Prensa sea real y que esté en manos de la sociedad y de sus propios intereses, teniendo en cuenta criterios de acceso de minorías, de preservación de valores, de mejoras para los colectivos y de defensa de los derechos individuales, etc. Nos va en ello mucho en juego.
Por eso conviene recuperar ancestrales deseos humanistas, reglas de oro de respeto y de cortesía, valentías por causas que no debemos olvidar como si ya fuesen perdidas… y todo ello ganándonos el respeto, en primer lugar, que debe poseer la profesión que ejercemos. Recordemos y reiteremos: estamos en un panorama que se sostiene con salarios paupérrimos, con carencias de personal en las plantillas, con prisas por llegar a titulares más o menos llamativos, con un intrusismo, ya dicho, que tiene más que ver con prácticas poco defendibles y con otros problemas que hemos de afrontar con gallardía y a través de la persecución de modelos de cambio que conecten con los nuevos valores que llegan a la profesión. Por favor, hemos de hallar más motivos para continuar en este oficio que para dejarlo. Hay mucho que cambiar, seguro que sí, pero, claro, con el consenso y con la intervención de todos/as.
Las claves, evidentes ellas, están ahí, y mucho tiempo ya, por desgracia. Es momento de hablar menos y de hacer más. No hay prisa, seguramente. No hay que atropellarse, pues, de hacerlo, cometeremos errores que han de ser evitables a estas alturas. Lo cierto es que tampoco hay tiempo para más demoras. Debe comenzar la era de la acción, en lo periodístico también. No dejemos para mañana lo que hemos de empezar a hacer hoy mismo. Seguro que lo agradeceremos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
El sector peca de falta de corporativismo, de carencia de una movilización ante los asuntos profundos que, con el paso de los años, se han convertido en problemas más o menos graves: hablamos del intrusismo, de los bajos salarios, de la precariedad laboral, de la falta de elementos para poder trabajar con unos mínimos de calidad, etc. Por muchos motivos, la profesión se ha ido alejando de esos niveles de excelencia a los que pudimos llegar debido a diferentes presupuestos durante la década de los 80.
Es cierto que la nuestra es una profesión liberal para la cual no se exige titulación ni siquiera en los medios públicos, aunque en estos últimos sea una práctica generalizada el contratar a egresados en Comunicación, en Periodismo o en áreas cercanas. Es evidente también que no contamos con un Estatuto específico, a pesar de los numerosos intentos llevados a cabo (ahora estamos afrontando otro), que nos lleve a establecer derechos y deberes en el desarrollo de este oficio. Es, igualmente, verdad que los códigos de buenas prácticas, o códigos éticos o deontológicos, como se les quiera llamar, no siempre son conocidos, y, en pocas ocasiones, se tienen en cuenta a rajatabla, sobre todo en determinados formatos y espacios audiovisuales.
Es la nuestra una suerte de profesión anárquica, que, pese a todo ello, desempeña con holgura, el papel constitucional que tiene conferido. No obstante, hay todo un territorio perdido, o vencido en parte por algunas rutinas o desidias, que conviene recuperar para bien de la profesión, y, fundamentalmente, para mejoría de las ofertas dirigidas a la ciudadanía, a la que nos debemos en primer y último término.
Generar una conciencia crítica es más que una necesidad: es ya un tren que no podemos perder, o, de lo contrario, nos quedaremos sin esa fiabilidad que es tan precisa para que seamos auténticos referentes sociales. Conviene que, como el resto de poderes de una Democracia, el de la Prensa sea real y que esté en manos de la sociedad y de sus propios intereses, teniendo en cuenta criterios de acceso de minorías, de preservación de valores, de mejoras para los colectivos y de defensa de los derechos individuales, etc. Nos va en ello mucho en juego.
Por eso conviene recuperar ancestrales deseos humanistas, reglas de oro de respeto y de cortesía, valentías por causas que no debemos olvidar como si ya fuesen perdidas… y todo ello ganándonos el respeto, en primer lugar, que debe poseer la profesión que ejercemos. Recordemos y reiteremos: estamos en un panorama que se sostiene con salarios paupérrimos, con carencias de personal en las plantillas, con prisas por llegar a titulares más o menos llamativos, con un intrusismo, ya dicho, que tiene más que ver con prácticas poco defendibles y con otros problemas que hemos de afrontar con gallardía y a través de la persecución de modelos de cambio que conecten con los nuevos valores que llegan a la profesión. Por favor, hemos de hallar más motivos para continuar en este oficio que para dejarlo. Hay mucho que cambiar, seguro que sí, pero, claro, con el consenso y con la intervención de todos/as.
Las claves, evidentes ellas, están ahí, y mucho tiempo ya, por desgracia. Es momento de hablar menos y de hacer más. No hay prisa, seguramente. No hay que atropellarse, pues, de hacerlo, cometeremos errores que han de ser evitables a estas alturas. Lo cierto es que tampoco hay tiempo para más demoras. Debe comenzar la era de la acción, en lo periodístico también. No dejemos para mañana lo que hemos de empezar a hacer hoy mismo. Seguro que lo agradeceremos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Otros vacíos
Nos regalamos sueños que son portentos en otros vacíos que nada tienen que ver con lo que anhelamos. Nos declaramos otra vez.
Beso y todo
Nos damos evidencias de buenos amores, que nos nutren de explicaciones de gloria comprometida. Daremos ese paso con beso y todo.
Una ocasión sincera
Me has dicho que quieres, y seguro que es así. Nos hemos dado una ocasión sincera.
Una nueva nave
Salimos de ese túnel que fue tiempo en la otra cara de una Luna que nos dejó en solitario. No hemos aprendido de errores pasados. Queda una nueva nave en alguna parte.
Veremos lo que queda
Tú eres esa vida en la que creo. Nos hemos enamorado de una vieja amistad. Ya veremos lo que queda.
Hemos quitado bruma
Te explico lo que siento ahora que siento lo que no te explico. Nos entendemos en silencio. Hemos quitado un poco de bruma.
Muy lejos
Nos citamos para tomar ese amor que antes fue caldo de cultivo de varias experiencias de apartamiento. Nos hemos puesto muy lejos.
Falta de cariño
Rompemos las zonas en las que nos esforzamos para ser más valientes. Hemos negado algunas evidencias de falta de cariño.
Un poco de todo y un poco de nada
Hemos seguido hacia esa novedad en la que fuimos un poco de todo y un poco de nada.
Soledades nuevas
Generamos un amor nuevo. He sido en la carencia absoluta. Nos hemos dado un luto por soledades nuevas.
Las buenas noches
No vale que digamos dónde estamos. Vale que queramos encontrarnos. Nos damos las buenas noches.
Momento sin fuerza
Registro motivos que son en la noche de los tiempos. Hemos tomado el cansancio como momento sin fuerza.
lunes, 10 de agosto de 2009
En los tiempos más convulsos
Te adoro porque supones lo mejor de mí mismo en los tiempos más convulsos.
Recuperar el prestigio
Recuperar el prestigio en época de crisis, objetivo del Colegio de Periodistas de Murcia
El pasado 18 de Mayo comenzó su andadura la primera Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Periodistas de la Región de Murcia. Se iniciaba así el periplo del que es el tercer Colegio de este colectivo en España. Existían hasta ahora sólo los de Cataluña y Galicia. En este caso, el promotor de esta entidad es la Asociación de la Prensa de Murcia, con 103 años de historia, que, lejos de extinguirse o transformarse, va a convivir en paralelo con el Colegio, que será, eso sí, el que tenga la representatividad del colectivo periodístico murciano y la nueva locomotora del gremio. Al menos, ésa es la intención.
Dos años han pasado desde que se aprobó, en Mayo del 2007, la Ley de creación del Colegio de Periodistas de Murcia, una norma que ya establecía su nexo de unión con la Asociación de la Prensa (todos sus asociados son los promotores y miembros, desde sus inicios, de pleno derecho) y con la FAPE, con la que cierra su vinculación desde la propia norma constitutiva.
Esto viene a demostrar el hecho, y el anhelo, de que el Colegio de Murcia viene a unir al sector, tan necesitado de esta dinámica en esta especie de doble crisis en la que nos hallamos (unimos la propia de hace una década a la general de los últimos dos años). Esto es lo que precisamente está reiterando la nueva Junta de Gobierno. Decimos que la unión hace la fuerza y que querer es poder. Es, pues, hora de hacer valer lo mejor de ese cacareado corporativismo que nunca hemos ejercido, o que, en todo caso, hemos esgrimido en contadas ocasiones.
Una de las primeras gestiones, tras la puesta en marcha del Colegio, ha sido definir su imagen corporativa. Así, se ha convocado un concurso de ideas nacional que se resolverá a mediados de Septiembre, y que servirá para que, a finales de Octubre, se ofrezca la nueva estampa con la que queremos andar el nuevo camino. En este sentido se está cerrando un acto público con el propósito de que las fuerzas y representantes sociales, políticos, culturales, etc., conozcan qué es el Colegio, lo que persigue, y lo que hemos de desarrollar todos juntos.
Se está insistiendo en que, en el triple vértice de nuestra singladura vital y profesional, están las empresas periodísticas, los periodistas, y, por supuesto, en un lugar destacado, la sociedad misma, a la que nos debemos y que hemos de tener como aliada ante los problemas que padecemos de precariedad, intrusismo, bajos salarios, presiones de todo género, etc.
También hemos puesto en marcha un Observatorio de la Profesión Periodística, para analizar desde ya con rigor, con academicismo también, qué es lo que sucede en el sector, cuáles son sus problemas, sus demandas, sus reivindicaciones y sus posibles soluciones. En este sentido, estamos haciendo una serie de encuestas entre profesionales y responsables de los medios, cuyas conclusiones daremos a conocer en breve. Nos servirán para convocar una mesa del sector, que ya hemos anunciado en diversos actos con la participación de los compañeros, de las empresas, de la Universidad y de las Administraciones Central y Autonómica, en estos últimos casos a través del Delegado del Gobierno y del Presidente Regional (con ellos ya hemos tenido sendas reuniones).
Reciclaje y deontología
Queremos incidir, fundamentalmente, en estos inicios en aspectos éticos y deontológicos, así como en los formativos. Podemos contribuir a mejorar la formación de los periodistas, tanto en los ámbitos universitarios como ya en sus respectivas empresas, donde podemos aportar nuestro granito de arena en el reciclaje permanente y continuo. Hemos firmado un acuerdo con la Universidad de Murcia para integrarnos en la Escuela de Práctica Periodística que promueve la Facultad de Comunicación, pero también tenemos el propósito de poner en marcha una Cátedra de Comunicación, y, en esta esfera, ya hemos contactado con la Consejería de Cultura y con varias empresas. Nos toca todavía cerrar algún acuerdo con entidades financieras. El verano ha frenado un tanto estas gestiones.
Por otro lado, es un objetivo firme contribuir a la mejora de la credibilidad del sector y de su prestigio, y por ello queremos organizar cursos de acercamiento de los medios a la sociedad. Tenemos cerrados ya varios en los ámbitos sanitario y cultural, amén de diversas ponencias y charlas en las Universidades regionales y en la cercana de Elche. Hay que detectar los problemas que nos acechan, explicarlos y neutralizarlos, siempre con el consenso y la alianza de la ciudadanía.
Hemos buscado financiación para poner en marcha la revista “Cuaderno de Letras”, que nos permitirá unir los ámbitos culturales, educativo y comunicativo. Al mismo tiempo, contribuirá a que tengamos más presencia social y a entroncarnos con unas tareas que nos permitirán recuperar parte de ese prestigio que ahora tenemos en entredicho o abandonado.
Y todo ello sin olvidar la actividad periódica, casi diaria, que hemos llevado a término históricamente desde la Asociación de la Prensa, y que ahora compartimos con el Colegio. En estos días hemos presentado el Anuario con los eventos más destacados del año pasado; hemos preparado, igualmente, la revista de los toros para el mes de Septiembre; estamos terminando un libro sobre la Asociación de la Prensa, y hemos confeccionado un díptico con consejos sobre el consumo televisivo…
Uno de los escenarios a los que nos queremos dirigir es el público más joven. Por ello, vamos a pedir a la Consejería de Educación que nos financie sendos cursos sobre la Prensa en la Escuela y acerca de la Televisión. En paralelo, estos encuentros educativos nos servirán para darnos a conocer como colectivo y como profesión. Necesitamos que la ciudadanía nos conozca más y mejor, como ya hemos dicho más arriba.
En otro orden de cosas, más de funcionamiento interno, hemos arbitrado un nuevo libro de actas, para dar cuenta de las reuniones de la Junta de Gobierno, al tiempo que estamos en contacto con nuestra asesoría laboral y económica para adaptarnos a las necesidades contables y de funcionamiento económico que nos dicta la Ley de Colegios Profesionales. Nuestro sistema contable es otro, y tenemos que amoldarnos a él, para sacarle el máximo partido a la hora de conseguir subvenciones o de hacer actividades que nos incardinen en la labor de servicio público que debemos desarrollar en las esferas comunicativas y/o formativas.
Finalmente, destaquemos que estamos contribuyendo entre todos, cada uno en sus sitios de influencia, a que el Colegio aparezca cuanto más mejor en los medios de comunicación, así como sus reivindicaciones. La gran apuesta, tras el verano, es conseguir aumentar la afiliación con campañas divulgativas entre los compañeros del oficio y, fundamentalmente, en las Facultades de Comunicación, para que los flamantes egresados nos vean como una oportunidad de defender sus derechos y de mejorar su preparación. Como instrumento de captación de nuevos colegiados, hemos perfilado la figura del pre-inscrito que, con una cuota simbólica, tiene derechos de información, de asesoramiento y en el ámbito formativo, excluyendo hasta su colegiación los llamados derechos políticos sobre el funcionamiento interno de la institución. Sí, podrán tener voz, pero no voto, ya que es requisito imprescindible para una total pertenencia que se trate de titulados en Comunicación.
Es ésta una carrera maravillosa en la que nos hemos enfrascado, con el deseo de hacer una institución lo más plural y lo más asequible que podamos a la sociedad y a la misma profesión periodística. El itinerario, no lo olvidemos, es de todos. El Colegio, con la responsabilidad que tenemos los que hemos recibido el apoyo de los compañeros/as para dirigirlo, será lo que todos digamos que queremos que sea. Afortunadamente, tenemos mucho futuro por delante.
Juan TOMÁS FRUTOS.
El pasado 18 de Mayo comenzó su andadura la primera Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Periodistas de la Región de Murcia. Se iniciaba así el periplo del que es el tercer Colegio de este colectivo en España. Existían hasta ahora sólo los de Cataluña y Galicia. En este caso, el promotor de esta entidad es la Asociación de la Prensa de Murcia, con 103 años de historia, que, lejos de extinguirse o transformarse, va a convivir en paralelo con el Colegio, que será, eso sí, el que tenga la representatividad del colectivo periodístico murciano y la nueva locomotora del gremio. Al menos, ésa es la intención.
Dos años han pasado desde que se aprobó, en Mayo del 2007, la Ley de creación del Colegio de Periodistas de Murcia, una norma que ya establecía su nexo de unión con la Asociación de la Prensa (todos sus asociados son los promotores y miembros, desde sus inicios, de pleno derecho) y con la FAPE, con la que cierra su vinculación desde la propia norma constitutiva.
Esto viene a demostrar el hecho, y el anhelo, de que el Colegio de Murcia viene a unir al sector, tan necesitado de esta dinámica en esta especie de doble crisis en la que nos hallamos (unimos la propia de hace una década a la general de los últimos dos años). Esto es lo que precisamente está reiterando la nueva Junta de Gobierno. Decimos que la unión hace la fuerza y que querer es poder. Es, pues, hora de hacer valer lo mejor de ese cacareado corporativismo que nunca hemos ejercido, o que, en todo caso, hemos esgrimido en contadas ocasiones.
Una de las primeras gestiones, tras la puesta en marcha del Colegio, ha sido definir su imagen corporativa. Así, se ha convocado un concurso de ideas nacional que se resolverá a mediados de Septiembre, y que servirá para que, a finales de Octubre, se ofrezca la nueva estampa con la que queremos andar el nuevo camino. En este sentido se está cerrando un acto público con el propósito de que las fuerzas y representantes sociales, políticos, culturales, etc., conozcan qué es el Colegio, lo que persigue, y lo que hemos de desarrollar todos juntos.
Se está insistiendo en que, en el triple vértice de nuestra singladura vital y profesional, están las empresas periodísticas, los periodistas, y, por supuesto, en un lugar destacado, la sociedad misma, a la que nos debemos y que hemos de tener como aliada ante los problemas que padecemos de precariedad, intrusismo, bajos salarios, presiones de todo género, etc.
También hemos puesto en marcha un Observatorio de la Profesión Periodística, para analizar desde ya con rigor, con academicismo también, qué es lo que sucede en el sector, cuáles son sus problemas, sus demandas, sus reivindicaciones y sus posibles soluciones. En este sentido, estamos haciendo una serie de encuestas entre profesionales y responsables de los medios, cuyas conclusiones daremos a conocer en breve. Nos servirán para convocar una mesa del sector, que ya hemos anunciado en diversos actos con la participación de los compañeros, de las empresas, de la Universidad y de las Administraciones Central y Autonómica, en estos últimos casos a través del Delegado del Gobierno y del Presidente Regional (con ellos ya hemos tenido sendas reuniones).
Reciclaje y deontología
Queremos incidir, fundamentalmente, en estos inicios en aspectos éticos y deontológicos, así como en los formativos. Podemos contribuir a mejorar la formación de los periodistas, tanto en los ámbitos universitarios como ya en sus respectivas empresas, donde podemos aportar nuestro granito de arena en el reciclaje permanente y continuo. Hemos firmado un acuerdo con la Universidad de Murcia para integrarnos en la Escuela de Práctica Periodística que promueve la Facultad de Comunicación, pero también tenemos el propósito de poner en marcha una Cátedra de Comunicación, y, en esta esfera, ya hemos contactado con la Consejería de Cultura y con varias empresas. Nos toca todavía cerrar algún acuerdo con entidades financieras. El verano ha frenado un tanto estas gestiones.
Por otro lado, es un objetivo firme contribuir a la mejora de la credibilidad del sector y de su prestigio, y por ello queremos organizar cursos de acercamiento de los medios a la sociedad. Tenemos cerrados ya varios en los ámbitos sanitario y cultural, amén de diversas ponencias y charlas en las Universidades regionales y en la cercana de Elche. Hay que detectar los problemas que nos acechan, explicarlos y neutralizarlos, siempre con el consenso y la alianza de la ciudadanía.
Hemos buscado financiación para poner en marcha la revista “Cuaderno de Letras”, que nos permitirá unir los ámbitos culturales, educativo y comunicativo. Al mismo tiempo, contribuirá a que tengamos más presencia social y a entroncarnos con unas tareas que nos permitirán recuperar parte de ese prestigio que ahora tenemos en entredicho o abandonado.
Y todo ello sin olvidar la actividad periódica, casi diaria, que hemos llevado a término históricamente desde la Asociación de la Prensa, y que ahora compartimos con el Colegio. En estos días hemos presentado el Anuario con los eventos más destacados del año pasado; hemos preparado, igualmente, la revista de los toros para el mes de Septiembre; estamos terminando un libro sobre la Asociación de la Prensa, y hemos confeccionado un díptico con consejos sobre el consumo televisivo…
Uno de los escenarios a los que nos queremos dirigir es el público más joven. Por ello, vamos a pedir a la Consejería de Educación que nos financie sendos cursos sobre la Prensa en la Escuela y acerca de la Televisión. En paralelo, estos encuentros educativos nos servirán para darnos a conocer como colectivo y como profesión. Necesitamos que la ciudadanía nos conozca más y mejor, como ya hemos dicho más arriba.
En otro orden de cosas, más de funcionamiento interno, hemos arbitrado un nuevo libro de actas, para dar cuenta de las reuniones de la Junta de Gobierno, al tiempo que estamos en contacto con nuestra asesoría laboral y económica para adaptarnos a las necesidades contables y de funcionamiento económico que nos dicta la Ley de Colegios Profesionales. Nuestro sistema contable es otro, y tenemos que amoldarnos a él, para sacarle el máximo partido a la hora de conseguir subvenciones o de hacer actividades que nos incardinen en la labor de servicio público que debemos desarrollar en las esferas comunicativas y/o formativas.
Finalmente, destaquemos que estamos contribuyendo entre todos, cada uno en sus sitios de influencia, a que el Colegio aparezca cuanto más mejor en los medios de comunicación, así como sus reivindicaciones. La gran apuesta, tras el verano, es conseguir aumentar la afiliación con campañas divulgativas entre los compañeros del oficio y, fundamentalmente, en las Facultades de Comunicación, para que los flamantes egresados nos vean como una oportunidad de defender sus derechos y de mejorar su preparación. Como instrumento de captación de nuevos colegiados, hemos perfilado la figura del pre-inscrito que, con una cuota simbólica, tiene derechos de información, de asesoramiento y en el ámbito formativo, excluyendo hasta su colegiación los llamados derechos políticos sobre el funcionamiento interno de la institución. Sí, podrán tener voz, pero no voto, ya que es requisito imprescindible para una total pertenencia que se trate de titulados en Comunicación.
Es ésta una carrera maravillosa en la que nos hemos enfrascado, con el deseo de hacer una institución lo más plural y lo más asequible que podamos a la sociedad y a la misma profesión periodística. El itinerario, no lo olvidemos, es de todos. El Colegio, con la responsabilidad que tenemos los que hemos recibido el apoyo de los compañeros/as para dirigirlo, será lo que todos digamos que queremos que sea. Afortunadamente, tenemos mucho futuro por delante.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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